Escribe: Aníbal Arredondo
Soy partidario de las
nuevas tecnologías, de las redes sociales que están en todo y sirven para todo,
y creo que nos proporcionan avances increíbles. Lo digital ha invadido nuestras
vidas de una manera rápida y profunda y nos ha traído adicción a su uso.
Aun así muchos ni
siquiera somos conscientes de lo que hemos adelantado porque esta libertad
digital no siempre trae cosas buenas que estén por encima de todo lo que
es honestidad, por culpa de quienes lo usan mal y luego es fácil de contagiar a
quienes estén enganchados a la información y pierdan la vergüenza,
Por este medio me dirijo
a nuestra patria sin temor, sin insultar a nadie, pero con fuerza , puesto que
en ese país hay ciudadanos luchando permanentemente como tarea humana en
contra de la corrupción (estupidez) que cometieron los expresidentes del Perú
en diferentes épocas de la vida republicana excepto durante el
Protectorado del General José de San Martín valioso militar que murió
pobre, abandonado en su tierra Yapeyú (Argentina) porque de Perú no se llevó
nada sino una mísera y precaria pensión por libertarnos.
Estos últimos
expresidentes de este siglo, uno fugitivo, otro encarcelado, otro
asilado, inclusive mujeres políticas ex primeras damas procesadas, muestran
pues que son gentes que no tienen sensor alguno de la conciencia que es la vergüenza.
Estos muy amigos de lo
ajeno, como dice Flaukner, creen que "el pasado de sus hechos está
muerto", ni siquiera es pasado aún y sus delitos: ¿van a quedar
impunes? ¡NO¡ la ley los condenará en forma inequívoca, porque en Perú se
vive en democracia, y en la democracia la Ley y la Democracia se identifican,
porque la "Ley es la expresión de la voluntad popular", dice
ciertamente Javier Cercas.
Nuestra identidad como
peruanos, no sería identidad de partida, sino reflexionamos en términos de
patriotismo, poniendo en guardia a cualquier instrumento de política amañada
que arrastran estos depredadores, que quieren ejercer un gobierno mediante
organizaciones criminales.
Por eso los peruanos no
debemos marearnos, confiemos en nuestra autoridades judiciales jóvenes que
ojala no se dejarán romper la mano, que con fé y patriotismo vienen
castigando a estos enemigos del Perú.
Por lo digital se sabe, acá
en España y en el mundo, que en Perú hay mucha tensión en el ambiente político
por la cobarde materialización, más fea de huir de la justicia, mediante el
asilo, que ya es costumbre de Alan García Pérez, cada vez que la justicia o algún
golpista le muestre una cruz como a un Horco, o como a Benjur en la
película, huye como una cucaracha alegando ser perseguido político.
Lo que García quiere es
"que sus mentiras se conviertan en verdad", cuando él es un
prisionero de odio al Perú, por eso intentó una tercera oportunidad para
terminar de depredarlo, pero le salió mal por apoyarse a una mala y vieja pared
experta en perder: su amiga Lourdes Flores. Estas intentonas creo
que jamás volverán a repetirse, porque del pueblo peruano ha brotado el
odio irreprimible contra él.
¿Saben que otro facineroso,
llego a España, buscando asilo?; el exjuez del Supremo Cesar Inostroza
Pariachi, jefe de la organización criminal, "Los cuellos blancos del
Callao", pero acá encontró cárcel, aunque sea dorada, pero es cárcel,
mientras su extradición y se vaya a Challapalca en Puno.
Sería ejemplar que estos
avezados digan " YO ME ENTREGO A LA JUSTICIA, POR VERGUENZA" o
mejor aún "ME ENTREGO AVERGONZADO DE MI PROPIA ESTUPIDEZ. Pero
esperar esto es imposible. Porque esta gente de inteligencia despierta para el
mal tiene completamente desactivada esa aplicación tan sencilla e
imprescindible como es la vergüenza.
Madrid, diciembre 2018.
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