28/7/18

El Tribunal sangriento de los inquisidores en Haquira - Cotabamabas Apurimac



Escribe:  Anibal  Arredondo

Hoy por hoy en el Internet hay tanto contenido disponible y cualquiera puede caer en las redes de una falsa información, por estos vendedores de humo, charlatanes que vulneran la historia de hechos que guarda un pueblo. Y esto me indigna, me irrita, o me conmueve pero no me deja indiferente, y me obliga a defenderlo al pueblo donde nací; aclarando sobre la base del inicio de la Santa Inquisición, el triunfo de esta, su cronología en España, los antecedentes para la construcción de esta típica y arrogante cárcel, tallada en las grietas de un peñón, como en los cuentos fantásticos.

El cronista indio Huamán Poma de Ayala en su primitivo castellano dice:

"Justicia y castigo y presiones y carzeles de los ingas y demás señores principales y consejo rreal rreino para el castigo de los malos.

Primer carzel de los traidores ysacay sonco auca llamado sancay (cárcel perpetua) carzel de uillas y pueblos se llaman pinas (cautivo) herejes, brujos, eran colocados al margen de la ley, han de ser condenados a muerte’

ANTECEDENTES 
El año 1391 fue una fecha trágica en la historia de los judíos españoles. En Sevilla un clérigo exaltado, Fernán Martínez lanzó una enfurecida turba contra los judíos que radicaban en la ciudad, destruyeron los barrios, luego la persecución y las matanzas. La consecuencia más notable de aquellos sucesos fue la conversión masiva de los judíos quienes para salvar sus vidas y haciendas, corrieron por miles a las pilas bautismales, abandonando el judaísmo y convirtiéndose en cristianos. Desde ese momento creció en España una situación muy particular.

Entre los cristianos vivían miles de conversos (neófitos), a los que también llamaron ‘cristianos nuevos’ para diferenciar de los ‘cristianos viejos’.

Los judíos en su nueva condición de cristianos fueron penetrando en todos los ámbitos de la sociedad, mayoritaria y dominante; en la institución eclesiástica, en las órdenes religiosas, como en el clero secular, en la nobleza, en los gobiernos municipales, gremios, cofradías y hermandades. Algunas profesiones prácticamente fueron monopolizadas por ellos como la medicina, la administración, la gestión financiera y ciertas actividades artesanales y mercantiles. Esto en el siglo XV provocó en los cristianos españoles un profundo resentimiento, constatando que el bautizo de los judíos no era sincero y que su nueva fé era fingida, en el fondo seguían viviendo como judíos y por lo tanto eran herejes, el peor de los pecados, porque cometían sacrilegios anti-cristianos o crímenes rituales.

 LA INQUISICIÓN ENTRA EN JUEGO 
El reinado de los Reyes Católicos comenzó en 1479 envuelto en graves convulsiones sociales y políticas (Isabel y Fernando). Los soberanos tenía la necesidad de encontrar una solución definitiva a esta fuente de inestabilidad, se requería la creación de un tribunal absoluta y suprema para intervenir en este espinoso asunto de fé; un tribunal que determine mediante un procedimiento jurídico, para saber si los conversos ¿Eran o no cristianos sinceros? Y se crea en el año 1478 el Santo Oficio de la Inquisición con la finalidad de resolver esta situación.

Los primeros inquisidores percibieron la complejidad del problema, por encontrar que entre los conversos había todo tipo de actitudes religiosas, desde los más sinceros cristianos hasta los más recalcitrantes cripta-judíos.

En 1492 los reyes católicos deciden la prohibición total del judaísmo en sus reinos; quiénes quisieran seguir viviendo en España deberían hacerlo como cristianos.

De hecho, la mayoría de los judíos opto por el bautismo pero una minoría decidió mantener su fé religiosa y abandonar el país. El mejor modo de integrarse era casarse con cristianos viejos o emigrar a un lugar donde empezar una nueva vida marchándose allende los mares. Los que hicieron el esfuerzo de asimilarse a la mayoría cristiana era conseguir igualarse con ella en derechos y opciones vitales, y lo consiguieron entrando en la iglesia o el gobierno municipal. Algunos fueron beatificados, o más aún elevados a la santidad como el beato Juan de Ávila o Santa Teresa de Jesús.

EL TRIUNFO DE LA INQUISICIÓN 
Según Francisco Núñez Roble entre los años 1559 y 1562 en Valladolid y Sevilla, se celebran varios autos de fé, entre el 26 de abril y el 28 de octubre son condenados 88 personas, de estos 18 a la hoguera. Durante el reino de Carlos V y durante el coloniaje en Perú por los españoles un grupo de estos se enquistaron en Haquira pese a que este lugar está confinado en los Andes de la cordillera occidental pero que guarda en sus entrañas valiosos minerales y fundan esta ciudad el 2 de enero 1708 imponiendo su cultura, especialmente su religión creando también un sistema carcelario con participación directa del santo oficio de la inquisición y construyendo la cárcel aludida con celdas pequeña, húmeda, pestilentes donde se cometieron grande autos de fé contra los herejes, brujos y bailarines que ostentaban tijeras. Generalmente nativos pastores acomodados de las cordilleras denunciados secretamente ante los jesuitas quienes al ser apresados a estos indefensos campesinos los torturaban durante el interrogatorio y acabar sus vidas en esta mazmorra.

Hace meses atrás en la ciudad de Madrid encontré un artículo de Doris Moreno Mantener investigadora de la universidad de Barcelona, cuyo texto para mí fue de gran interés porque se relaciona con el pasado histórico de Haquira en Perú y que en la actualidad evidencia aquel pasado sangriento en su época la Cárcel de Haquira tallada en las entrañas de una roca volcánica donde la población indígena acusada de herejía, blasfemia y brujería eran metidos en esas mazmorras, cuyas vidas se extinguían en poco tiempo por falta de oxígeno y la humedad que calaba sus débiles cuerpos maltratados antes del encierro.

En 1945 Francisco de Enzinas, un burgalés que vivió como protestante describía en los siguientes términos los métodos que empleaba la inquisición.
“No vayan a pensar que en los inquisidores haya algo de humano fuera de su aspecto” en realidad son arpías o criados de Satanás que como furias saquean en todo los ámbitos de España, Portugal, Italia y las Colonias, hispanas en América y Asia.
No tienen interés en otra cosa sino en despojar de sus bienes a la gente pudiente económicamente; cuando quieren coger a alguien en quien ponen el ojo se inventan supuestos delitos de blasfemia y herejía o de hacer sombra a su prestigio, culpas inventada horriblemente para que el inocente se vea cargado de la mayor infamia. Todo queda en secreto, oculto queda el acusador, oculto los testigos, todo se lleva a cabo ocultamente sin que el acusado sepa el motivo de su prisión.
En la cárcel de Haquira donde todo es piedra hasta su mobiliario tallado en piedra, cuya mesa fría del inquisidor había un crucifico con cabeza sostenida por un alambre que le daba movilidad. Cuando el tirano le preguntaba a Cristo sobre la sentencia que iba a merecer el reo; el Nazareno generalmente aprobaba la pena en contra del ajusticiado; momento que el Inquisidor proclamaba “Cristo lo quiere así”. Desde luego serás colgado por esta cuerda desde el segundo piso de la roca, cayendo directamente a la puerta del calabozo Santa Barbara y confinado a la última celda de la mazmorra donde acaba su vida.
Según señala Enzinas, el secreto, la tortura, la codicia, las cárceles y la hoguera definían la justicia inquisitorial y su procedimiento penal justificaba el miedo, terror que inspiraba entre la población.
En Haquira estos hijos de Satanás tenían sus comisionados o espías ocultos que recorrían todo el ámbito jurisdiccional especialmente las cordilleras donde vivían alpaqueros ricos a quienes se les acusaba de brujos y herejes, cuyos nombres debelan en secreto ante los verdugos.
Al acusarlos de herejes y brujos  a estos indígenas andinos tipificaban el delito de pecado y su procedimiento del santo oficio no era distinto al de las otras instancias judiciales del antiguo régimen. Sin embargo tenía una peculiaridad que, todo supuesto delito era considerado atentatorio contra Dios y contra el orden social establecido. Esta identificación se mantuvo hasta el siglo VXIII.
El tribunal del santo oficio nació en 1478 para perseguir a los judíos convertidos recientemente al cristianismo de quienes sospechaban seguir practicando en secreto su antigua religión.
En 1517 Martin Lutero hace su revuelta contra Roma motivando la aparición de los protestantes el que da lugar a dos autos de Fe en Valladolid y Sevilla.
A partir de 1520 la inquisición comenzó a preocuparse de otros grupos, los moriscos convertidos también en cristianos.
Después del concilio de Trento en 1564 la inquisición amplía su campo de acción para supervisar los conocimientos religiosos sobre todo las prácticas de los religiosos, cristianos entonces perseguían a los blasfemos, brujas, homosexuales, curas que trataban de seducir a las mujeres en el acto de la confesión y libros que supuestamente atentatorios contra la ortodoxia católica.
La santa inquisición fue abolida en 1834; la historia dice que el santo oficio proceso a unas doscientas mil personas llegando a ser tan atroz mediante dos fases:
INQUISITIVA: Una delación que llegaba al tribunal el inquisidor ponía en marcha su investigación a fin de saber los indicios sospechosos de un presunto delito. Si se reunían las pruebas suficientes se procedía con la encarcelación del sospechoso y la presentación de cargos por parte del fiscal del tribunal.
Se realizaban tres audiencias, en la primera el sospechoso, era interrogado, luego el fiscal acusaba formalmente al reo.
Al sospechoso se le proporcionaba un abogado defensor de oficio, de quien no se podía esperar mucho, pues este se limitaba a recomendar al reo que descargara su conciencia mediante la confesión, luego presentaba un informe de defensa estereotipado apelando a la buena conducta anterior del sospechosos.
El mecanismo inquisitorial en Haquira en casos de brujería era por medio de la delación por parte de los vecinos y conocidos;  aquí el sospechoso tenía una leve oportunidad de defenderse intuyendo quienes podrían ser sus acusadores alegando enemistad que siempre existía entre ellos por litigio de tierras, agua, pastos, etc. Si esto resultaba el reo vivía momentos de pánico terror, de ansiedad absoluta provocando por la impotencia ante la maquinaria inquisitorial.
Si se consideraba que todavía había indicios de que el acusado guardaba información entonces se le sometía a la tortura en la garrocha, la toca, o tormento del agua y el potro de madera inhumana para los inquisidores era necesaria la sentencia pública porque solo de esa manera se lograba que el castigo fuera ejemplar.
Las penas económicas incluían la confiscación de sus bienes así como diversas multas, que podían ser muy gravosas o cantidades fuera del alcance del sentenciado, lo que provocaba dificultades económicas finalmente una runa familiar.
Existían castigos corporales de 100 azotes en público, destierro, prisión perpetua. El castigo más cruel era la condena a muerte, pero si el reo huía se quemaba un muñeco en su lugar. Los inquisidores hablaban de un adelanto que sería el juicio final y que el pueblo viese un aviso de terror en el infierno, más que los beneficios del cielo.  (lease post: Extirpación de idolatrías-Proceso contra Pascual Haro, por delito de idolatrias y hechiseria).

Otra vejación creada por estos arpías era que el reo debía vestir un traje penitencial llamado “San Benito” en color amarillos con una cruz diagonal pintada. Los condenados a muerte llevaban pintados demonio entre llamas y eran colgados en la iglesia de San Pedro de Haquira, para que los vecinos guardaran perpetua memoria de los Herejes y Brujos.
No se libraban ni los descendientes de estos sacrificados porque se les negaba a acceder a toda función pública, a mejorar económicamente, a tener armas ni montar a caballo.
Una de estas víctimas dejo un escrito recomendando a DIOS “que quite de la tierra el horrible monstruo de un tribunal que deshonra a la humanidad”
Haquira tierra prometida par los iberos por sus riqueza minera sede de la caja real y otros privilegios tuvo la mala suerte de ser siempre manchada con sangre inocente, hasta hace poco por los sanguinarios terroristas de Sendero Luminoso. Que asombran su historia por eso siempre pronuncio nuestra historia está escrito entre sus piedras en sus montañas calladas eternamente, y el Q’aqa Cárcel o Cárcel en Piedra, atalaya del pueblo que si hablara delataría las atrocidades vividas en aquel pasado. 
Los peruanos hemos sufrido a lo largo de la historia víctima de la Europa cristiana, hemos sido humillados por la potencia colonialista, hemos sufrido opresión y explotación durante generaciones y generaciones, escarnio, ostracismo, matanza y genocidios sin precedente en la historia del mundo y esta cárcel es la demostración que clérigos aventureros eran indiferente, que adolecían de antipatía o carentes de simpatía al calor humano con lo que la punición o castigo, obtenían riqueza. En la actualidad esta cárcel muestra su tormentoso pasado, es atalaya del pueblo, desafiando al tiempo y reclamando a sus generaciones como un alma pensante que alguien reivindique su pasado, y no se vulnere esta historia con inventos o presunciones pueriles.

Según el Doctor Paces Varela esta cárcel funciono hasta el 12 de enero de 1905 de la república pero que en los años 1922 y 1924 se produce el levantamiento de los indígenas  contra los ‘mistis’ de Haquira y ‘mistis’ de Quiñota, Chumbivilcas, Cusco. Terminando esta rebelión ante los tribunales de la corte superior de justicia de Cusco y quejas ante el Patronato de raza Indígena da paso al cierre definitivo de la famosa cárcel (Q’aqa Cárcel). Se calcula que a mediados del siglo XVII en Haquira se arraiga la hacienda, los primeros hacendados fueron los Jesuitas, corregidores, caciques en base a las donaciones, reparticiones y composiciones de tierra y habitantes que tenían lugar periódicamente tanto como para efectos de tributas y mitas.

Archivo CSJC.- 1913

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