26/2/20

Carta a Pablo Neruda


Escribe: Anibal Arredondo A.

Estuve en Perú, recibiendo un baño de peruanidad. Entre mis archivos dejados hace años, encontré esta carta dañada por la humedad de Lima, amarillenta, casi elegible ¿pero qué importa lo físico? Importa su contenido, lo humano, el arte, la vida, la fidelidad, la lucha contra una fuerza terrible.  Si Ud. La lee compare con lo que actualmente vive el mundo..

Ilya Ehrenburg
Moscú 1943.

Nos encontramos en España predestinada. Nos separamos en Paris predestinado.  Hemos perdido mucho. Al separarnos hablamos de la fidelidad; hemos conservado la fe. Ahora quiero decirle que en tierra rusa se libra una batalla feroz por nosotros mismos, por Paris, por América, por nuestra amada España, por la humanidad, por el arte, por la vida. Quiero decirle que estamos luchando solos contra una fuerza terrible, que todos los pueblos y todos los hombres tienen que sentir la tormenta sobre el Volga y entrar en batalla.

Usted escribió sobre el aterrador “plato” sangriento de Alemania. ¿Se acuerda de aquel maldito día, cuando el buque alemán destrozó esa pacifica ciudad española y mató muchos pescadores, mujeres y niños?  En aquel tiempo era novedad y nosotros nos indignamos. Hoy día no hay porque indignarse. Ahora necesitamos otra cosa: luchar.

Alemania era para nosotros la tragedia. Para los Alemanes España era un campo de maniobras. Me dirijo a Ud., Pablo Neruda, admirable poeta de la lejana América. Me dirijo a sus amigos y a los míos, escritores de México, Chile, Argentina, Brasil, Uruguay, Cuba, Venezuela, Ecuador y Peru. Me dirijo a los intelectuales de América Latina. Quiero decirles que nosotros estamos defendiendo en el Cáucaso  los Andes, que  en Rusia luchamos no solo por nuestra libertad, sino por la libertad del mundo; que del resultado de estas batallas depende nuestro destino. Vuestra vida está íntimamente ligada a la nuestra. Vuestra cultura no es una amalgama sino una síntesis.

Para los “racistas” alemanes sois una mezcla de razas, para nosotros sois los continuadores de una grande, nueva e independiente civilización. Nosotros admiramos profundamente el arte de América antigua. En toda Alemania no se encuentra tanta riqueza y arte tan elevado como es uno de los bosques de América donde se guardan reliquias incas y aztecas.

Vosotros tomasteis de España inmortal lo más bello, su culto al   hombre; su tierna severidad; su modesto orgullo; su universidad, vosotros estáis separados de Europa ensangrentada, por el Océano. Las olas pueden amenazar pero pueden también adormecer. Las olas del Océano se adormecen como nosotros podéis despertaros demasiado tarde. España se despertó demasiado tarde el 18 de Julio de 1936. Demasiado tarde se despertó Paris el 14 de Julio de 1940.

Unos dicen que la batalla se libra por el derecho de Rusia a su régimen soviético. Otro lo refutan diciendo que la batalla es la batalla por la tierra rusa, por el petróleo ruso. Puede ser que algunos de vosotros lea indiferentemente los telegramas con los nombres extraños para nosotros mismos. Vosotros no tenéis régimen soviético, tenéis  vuestra tierra, vuestro petróleo, pero la batalla se libra no solo por nuestro derecho el régimen soviético. Usted sabe Pablo Neruda, que a la cabeza de Francia estaban los radicales. Usted sabe que Giral y Azaña no eran comunistas. Usted sabe que en Holanda había una Reina y en Noruega un Rey. Luchamos no solo por nuestro petróleo y nuestra tierra. Luchamos por algo más grande; por el hombre.

La civilización alemana es una máquina. Los alemanes se consideran asimismo como una raza superior. Los pueblos de otra cultura – latina, eslava, anglosajona-tienen que convertirse en esclavos de la máquina. Los alemanes rehúsan el renacimiento el humanismo de los enciclopedistas franceses del siglo XIX. ¿Para qué necesitan a un Leandro de Vinci, con toda su complejidad? ¿Para qué necesitan a Cervantes, Quevedo, Góngora, Rubén Darío, Machado o Lorca? Tienen la filosofía de Rosemberg, las canciones de los grupos de asalto y muchos tanques.

Todos los rusos están obligados en las regiones ocupadas por los alemanes a llevar distintivos de madera colgados del pecho. Los alemanes quieren privar a los hombres hasta de su nombre; los convierten en un número. Los alemanes tienen preparados estos distintivos, para todos, también para los americanos. El  Océano no os servirá de salvación. A vosotros os salvara solo el valor. Despertaos ante la alarma, y después de la alarma ya no podréis ser despertados y vuestra américa tiene la ventaja del Océano, pero los alemanes saben atravesar los mares. Si no se les aniquila ahora se lanzarán hacia el oeste. Inglaterra será la prueba, luego llegará el turno a América.

 Querido amigo Neruda; Usted ha percibido el olor de la muerte parda, diga a sus amigos, diga a su pueblo, diga a todos los pueblos de América que llego la ultima hora, si América no emprende la campaña contra Alemania, Alemania emprenderá la campaña contra América. La desgracia visita nuestro país. Escribo estas líneas en Rusia herida u entristecida. Callan las madres que perdieron sus hijos, callan  las mujeres que perdieron sus maridos, callan las ruinas de las viejas ciudades de Kiev, Novgorod  y Pikov, callan los campos pisoteados, callan las musas, callan las ninfas, callan los niños. Vosotros advertís este silencio.

¡Arma, no palabras!  Si vosotras no lucháis en Europa, la guerra llegará a América, llegará a vuestras ciudades, a vuestros campos.  Yo animo a los soldados valerosos. Me aparto de la gente confiada. Hoy día aún se puede vencer y vivir. Puede ser que mañana no os quede solución, a nosotros y a vosotros ¡Vencer o morir!.

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