Las palabras que empleamos todos los días, siempre son las mismas. ¿qué tal sueño?, ¿dormiste bien?, ¿soñaste?, ¿por qué tienes ojeras?, ¿dormiste mal?, ¿eres ludópata, y has estado jugando?, ¿te gusta jugar de velada, por eso estás cargado de mal humor?. Al despedirse para dormir: ¡sueña con los angelitos¡, ¿existirán los angelitos?, dicen que son asexuales.
Para entender que es el sueño, he consultado a filósofos, psicólogos y personalidades de ciencia, entre ellos a Thomas Edison, Ariana Huffigton, Aristóteles, Hans Berger, etc.
Bueno: ¿Qué es el sueño? Al sueño se le considera como una interrupción de la vida; pero, la verdadera plaga es el insomnio. Prácticamente todas las noches de nuestra vida experimentamos una especie de metamorfosis o un cambio algo distinto de lo que es sorprendentemente.
Nuestro cerebro altera profundamente su conducta y su misión, atenuando nuestra conciencia. Durante un breve periodo de tiempo estamos paralizados casi por completo; nuestros ojos, en cambio, se mueven con rapidez bajo los párpados cerrados como si viesen, y los diminutos músculos del oído medio se mueven como si oyésemos aún estando en silencio.
Cuando una persona duerme ocho horas nota la diferencia de que es más eficiente en el trabajo, constata de que es mejor versión de sí mismo.(Dice Ariana)
En cambio Thomas Edison definió: "El sueño es como algo absurdo y un mal hábito. Yo dormiré cuando me muera" .El sueño seguirá infravalorado y olvidado.
En el año 350 a.c. Aristóteles escribió un tratado del SUEÑO Y LA VIGILIA, en el que preguntaba, ¿Qué es dormir? y por qué lo hacíamos?. En los siguientes 2300 años nadie pudo aportar una buena respuesta.
En 1924 el psiquiatra alemán Hans Berger inventó el electroencefalógrafo que registra la actividad eléctrica del cerebro, y el estudio del sueño salto de la filosofía a la realidad, sin embargo hubo que esperar a las últimas décadas que las técnicas de imagen nos permitieran vislumbrar algo mejor del funcionamiento interno del cerebro y empezar a esbozar una respuesta convincente a las preguntas del sabio.
¿Llegará el día en que demos prioridad e importancia al sueño en nuestra cultura?. Creo que si, desde luego no en todo el mundo. Ejemplo: Los japoneses en un 40% de su población, duermen menos de seis horas, por qué los restaurantes en Tokio no cierran toda la noche y, esa es la causa que socialmente es aceptada. No sólo en el Japón sucede esto. Hay mucha gente que no duerme ni seis horas por noche, en esta sociedad frenética híper iluminada que suelen concebir el dormir como un enemigo.
Dice la ciencia que dormir habitualmente menos de seis horas, eleva el riesgo de sufrir depresión, psicosis, incrustado (lo más grave), obesidad. Pues el insomnio perjudica a todo el organismo, se entiende que el sueño es tan importante para la salud humana, física y mental. Nuestro patrón de sueño vigilia, es el rasgo central de la biología humana, adaptado para habitar en un planeta que rota sobre su eje en una interminable noria de días y noches.
Luego la ciencia nos ilustra que, cuando conciliamos el sueño, el cerebro permanece activo y emprende un proceso de limpieza en el que decide que, recuerdos guarda y cuáles descarta. Por eso entrar en el sueño profundo es tan esencial para el cerebro como el alimento para el cuerpo.
¿Entonces eduquemos nuestra mente y, como decía un tío mío octogenario que, para vivir bien y largos años, “Antes de acostarnos, ¿hay que poner la mente en blanco y evitar la catástrofe del insomnio”?
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