Escribe: Anibal Arredondo
Educadores del Perú, desde la distancia un saludo y un abraso por vuestro dÍa.
El maestro y la educación no son temas pequeños, es algo más que la belleza y la dignidad, por qué ambas corresponden a hechos reales. El maestro señala la senda que corre entre la realidad y la espiritualidad del alumno.
Maestro peruano albricias a tu sacrificio, por tu saber que penetra en lo hondo de vuestros alumnos, descubren en la pupila de los ojos del educando la ciencia infinita de su futuro.
La palabra del Maestro cuando lo emplea bien, huele a pan, a fuego de leña. El maestro es el hombre o la mujer que enseña a otro hombre de su misma naturaleza y aplica su filosofía.
Los qué no conocieron un maestro pueden llegar a ser hombres sin valor que caen en errores. El maestro instruye a la niñez, y es como darle de beber a un sediento, agua fresca y buena, sin dejarlo morir de sed, a falta de sabiduría. El maestro es el medio que hace útiles a los ricos y a los pobres, cumple una función esencial del universo. El maestro planta un árbol para que dé frutos sanos y buenos, y por sus frutos se conoce al árbol. El maestro en medio de la miseria, sonríe a la vida, como si conociera la fórmula mágica que convierte la ignorancia en dicha que llega a sus alumnos. Entonces es la razón para esta sonrisa .
Los genios también tuvieron sus maestros. Simon Bolívar, el libertador, tuvo maestros, que le indujeron a ser un hombre inmortal. El maestro más que nadie tiene un humor pacifico, su futuro depende de las circunstancias ineludibles del tiempo. El maestro rural destinado a las punas y selvas vive en una modesta choza, ni siquiera con buena cama, menos buena comida, son desterrados, pero se guían trabajando.
Los maestros son hombres de otra forma y otra doctrina, viven de esperanzas sombrías como náufragos en alta mar. El maestro es el que habla sencillamente, sin rimas, ni versos, sin ningún sortilegio, ni encantamiento como hablan los politiqueros. El maestro que se incorpora a la burocracia civil "No es maestro".
Hoy día, seis de julio DÍA DEL MAESTRO PERUANO, dejemos tristezas; saludemos este día con los labios que denuncien la desigualdad de nuestro status. Saludemos con una sonrisa, veamos este día con un rostro alegre no contrariado, no abandonemos nuestras esperanzas absurdas e irrealizables. Sigamos creyendo en la bondad innata del tiempo, sigamos entusiastas de enseñar con fe en el futuro de nuestros alumnos.
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