1/7/23

El reyno de los Chancas



Escribe: Anibal Arredondo

Para establecer la verdad en el contenido de este artículo, me he valido de un manejo de fuentes escritas por investigadores en diferentes épocas de la trayectoria histórica del Perú, que develan aspectos inéditos de su fuente original, que al lector pueda interesarle.

Los Chancas, según sus propias tradiciones procedieron de las alturas de Chucurpu (chocorbos) Castro Virreyna actual, al oeste de Huancavelica, situaban a su PACARINA en el lago Choclococha, a 4950 m.s.n.m. De donde estos aguerridos pastores de altura de habla quechua, obligados por alteraciones climáticas se vieron forzados a migrar siguiendo el curso de las aguas del río Pampas. Se desplazaron llevando todo lo que pudieron: semillas, ganado, y enseres; es que ya no pensaban retornar. Pasaron por Paucaray, donde nació USCOVILCA, quien ya maduro, iba a ser el fundador del reino Chanca. Hasta que por fin encontraron la tierra y el microclima que anhelaban, estableciéndose en Andahuaylas, para lo cual tuvieron que pelear con los antiguos pobladores. Tales acontecimientos deberían ocurrir a inicios del siglo XIII, en las décadas contemporáneas a la derrota y migración de los incas de Taipicala" rumbo al Cusco.

Radicados en lo que después fue la provincia de Andahuylas, poco a poco se organizaron hasta que "Uscovilca" y otros adalides conformaron un reino perfecto de acuerdo a los patrones económicos, sociales, políticos y religiosos andinos, heredados, no cabe duda, del destruido imperio Huari.

Así, por ejemplo, estaban configurados en dos mitades, Ananchanca y Urinchanca, cada cual, con su respectivo jefe o rey, incluso conservaban los nombres de los caudillos que los guiaron en este peregrinaje: Uscovilca, líder de Ananchanca, y Ancovilca de Unanchanca, una diarquía guerrera y ritual.

En Andahuaylas racionalizaron admirablemente su vida, con un hábil control de los pisos ecológicos, desde los bajos y cálidos valles interandinos hasta las punas frías de las alturas. En su nuevo habitad montaron todo un Estado, cuyo territorio lo ensanchaban por los cuatro puntos cardinales en una forma incesante mediante invasiones y conquistas con más éxito que el de la etnia inca afincada en el Cusco. Posteriormente en sus indominables expediciones guerreras llevaban consigo la momia de su caudillo Uscovilca.

Los Chancas nunca olvidaron el nombre de siete adalides suyos, gracias a cuya táctica y estrategia dilataron sus posesiones; 

1.-Malima y Rapa, que incursiono por el oeste de Condesuyos.

2-Yanavilca y Teclovilca, invadieron el Antisuyo.

3- Tomay Huaraca y Asto Huaraca atacaron el Cusco

4- Huaman Huaraca que negocio la cobarde rendición del Inca Huiracocha y su hijo “Urco".

Los Chancas en las primeras décadas del siglo XV. Fecha en la que amenazaron a la etnia Inca, eran amos de todos los señoríos y reinos ubicados en lo que ahora son los departamentos de Ayacucho y Apurimac, más el norte de Arequipa (Condesuyos)

En el lapso de 1430-1440, se preparaban para intervenir en el país de los Ayarmancas, y en seguida lanzarse contra los Collas; Lupacas, y demás etnias intermedias. Por entonces los incas de Cusco, estaban gobernados por el Inca Urco, si bien era asesorado continuamente por su decrépito padre Huiracocha, que se había retirado a Calca:

Ante tan atormentada y dramática situación Inca, surgió la voz y figura de CUSI YUPANQUI, varón de más o menos 30 años, uno de los hijos principales de Huiracocha. Intento e invocó el regreso de su padre para organizar la defensa, pero todo en vano. Entonces este febril príncipe, favorecido por otros dos valerosos y briosos guerreros, Vicaquirao y Apumaita, ordenaron la resistencia. Hizo un llamamiento y convocatoria general al pequeño dominio de la etnia Inca y clamó la ayuda de los señoríos y reinos vecinos.

Cañas acudió como aliado, pero algunos se abstuvieron esperando el resultado para adherirse al grupo ganador, como sucedió con los (Chilques) Paruro.

Los Ananchanca y Urinchanca irrumpieron comandados por Asto Huaraca y Tomay Huaraca, que prosiguieron avanzando hasta "Ichubamba”. Enviaron como embajador a Huaman Huaraca, presentándose ante Huiracocha, quien pacto la sumisión y entrega del Cusco. Después los Chancas como es comprensible, se mofaron de los preparativos del ardiente Auqui (poderoso) príncipe CUSI YUPANQUI.

Más de una batalla hubo entre Chancas y Cusqueños, la primera en la propia llacta de Cusco, fue un combate cuerpo a cuerpo, presenciado por miles de espectadores de las etnias colindantes que para intervenir esperaban el lado por el que se la Victoria. Y el triunfo fue de los Incas.

Las Chancas retrocedieron a "Ichubamba”, pero sin cejar en sus intentos. En secreto llamaron a sus guerreros del interior de su país, pero la situación ya era diferente. Ahora todas las etnias que circundaban al Cusco estaban decididas a auxiliar a CUSI YUPANQUI al ver que estaba triunfando.

Esta vez los "Ayarmarcas" (Jaquijaguana) se aliaron con los Chancas, en la batalla. CUSI YUPANQUI cercenó la cabeza de Asto Huaraca, mientras Tomay Huaraca era muerto en otro sector del campo de combate. CUSI capturo al ídolo de Uscavilca, acto que de conformidad a las costumbres determinó la victoria de la etnia Inca. El hecho sirvió para que más señoríos y reinos, que aún seguían indecisos se plegarán a CUSI YUPANQUI. 

Los incas mitificaron, propalando la creencia de que las piedras se Ichubamba se transformaron en hombres por voluntad de los dioses para favorecer a sus hijos predilectos los Anan y Urincusco. Tanta fue la sangre derramada, que ha Ichubamba se le mudo de nombre poniéndole " Yahuarpampa" llanura de sangre.

Con la desaparición de sus caudillos, los Chancas se dieron a la fuga. Los incas los persiguieron hasta la orilla derecha del río Apurímac, a 12 km. donde todavía se llevó a cabo un tercer combate en el que fue muerto Vicaquirao, cuyo cadáver fue metido en el tronco de un árbol que ahuecaron. 

Cusi YUPANQUI continuó hasta Andahuaylas, meollo de los Chancas. Después regresó deteniéndose en Jaquijaguana, lugar en que los Ayarmancas se hallaban tremendamente afligidos, pensando en pedir clemencia, suponiendo obtener perdón por pertenecer a un reino de mucha antigüedad y prestigio, otros famosos héroes chancas prisioneros fueron muertos en las alturas de C`armenca, a sus cuerpos se les convirtió en tambores, embutiéndolos con paja y ceniza para ser guardados en un depósito como trofeos de guerra.

De haber los Chancas cosechado los laureles, la etnia Inca habría pasado al anonimato y ahora solo hablaríamos de la historia del imperio Chanca, y de sus formidables logros basados en la reciprocidad y redistribución.

Pero como chancas fueron derrotados, se les ha olvidado, dejándoles figurar apenas en la etapa de sus enfrentamientos con los incas del Cusco, arrojando al limbo todo lo que fueron y representaron antes de dicho acontecimiento.

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