Escribe: Aníbal Arredondo.
"Dijo el perro al hueso: Si tú estás duro yo tengo tiempo"
En el lenguaje de los grupos humanos es muy normal expresarse sin pensarlo detenidamente frases preestablecidas contra los perros. Es así que reaccionamos ante una traición, con un “eres un perro”, ante un desagradecimiento, con; “que perro eres¨, para señalar a un agiotista; “ese es un perro”, etc. etc.
Valorar a los perros siempre es bueno, los que tenemos animales lo sabemos.
El perro no es más que un animal con una lealtad inquebrantable hasta el sacrificio y la muerte. ¿Cómo podemos nombrar a estos desperfectos humanos, con el de este noble animal, leal, fiel, y cariñoso y que hace feliz a su amo?, pienso que estamos equivocados. Los perros no son crueles como los humanos, solo se defienden y defienden a su amo.
La vida de los perros es historia, heroísmo, y muchas veces martirio. Sin la menor duda, el perro, en los momentos más extremos de dureza nunca pierde su serenidad y el sentido del deber. Su felicidad y su tristeza está reflejado en sus ojos.
Tener un perro es gozar de lo cariñoso que es, y de su indiscutible fidelidad. El perro se conforma con su destino. Hay perros con suerte y otros desdichados. Generaciones atrás criaban perros por qué eran indispensables en las granjas, y estos animales aún cuan trabajaban mucho, por todo alimento recibían un pan negro de centeno en la mañana y otro de tarde, después de duro trabajo: que crueldad.
Hay quien piensa que todos tenemos el espíritu de un animal, (tótem) que nos acompaña. Es como nuestra alma, no todos los crían bien a sus mascotas, por qué no han descubierto sus habilidades, o no quieren conectar con ellos.
Yo conozco muy pocos ejemplos de la vida de los perros, debe de haber muchísimos:
La perra astronauta "Layka" que viajó a la Luna, en el Esputnik II, y murió entre cinco y siete horas después del lanzamiento de la nave.
Jorge Isaac en su novela "María”, escribe la historia del perro Mayo.
O el de la novela venezolana “El Perro”, un Pastor Alemán, responsable de cuidar convictos engrillados en la apertura de una carretera rural, de donde fugó un sentenciado. Pese a que el delincuente tenía una ventaja de una noche, el perro encontró sus huellas y lo siguió por caminos desolados, solitarios, de hambre y cansancio. El fugitivo había llegado a una ciudad, y se ocultaba en un hotel, el perro lo encontró y lo entrego a la policía.
Lassy”, perro de raza Collí de color almidonado, vendida por sus amos, para apaciguar su desesperante pobreza. Lassy había sido llevada por su nuevo dueño en ferrocarril a lejanas tierras, la perra tenía un sentido desarrollado de orientación y fugó, cruzo montañas, ríos y lagos, sufrió hambre y frío, y llegó después de largas semanas de vuelta con sus primeros y verdaderos amos.
El perro japonés Hachiko, de raza Akita, recordado por haber esperado a su amo, el profesor Eisaburo Uyeno, en la estación de Shibuya, cerca de nueve años, después de la muerte de su amo, hasta que murió de pena, frío y hambre.
Los perros lazarillos, que guían a los ciegos, atados a su arnés, cruzan avenidas temerariamente, por qué son responsables que su amo no sea atropellado.
Perros destinados en los aeropuertos, para detectar drogas, después de un duro entrenamiento. Perros que buscan sobrevivientes en caso de desastres, etc.
En mi familia, siempre hemos tenido perros, y el más reciente y quizá por eso el más mimado es un Borde Collie, lo adoptamos en la ciudad de Soria cuando era un cachorro de tres meses con el nombre de Baloo, creció rápidamente, por el buen trato y el cariño dedicado a él, cuidando incluso su dieta, prescrita por un veterinario.
Baloo ahora ha cumplido un año, es un perro hermoso de color blanco y negro de cola larga como un escobillón, de pelaje brillante, lleva en el cuello un collar sanitario como defensa de cualquier parasito, y una medalla de metal con el número de nuestro teléfono, en caso de extravío. En concreto es un perro afortunado, se le comprende en sus necesidades, horas de comer, de pasear por las mañanas al río Jarama para apaciguar el sofocante calor veraniego, y para que haga ejercicio, ya que es muy inquieto.
Al cumplir su primer año, quisimos que asistiera a la escuela de adiestramiento de perros, y con dificultad se consiguió un cupo para él. El primer día de adiestramiento su actitud no fue muy positiva, ya que solo quería juguetear con los otros perros, y así siguió en las siguientes clases. Mientras los otros perros, a la voz del entrenador, iban aprendiendo a atacar, saltar dificultades, y obedecer rigurosamente. Baloo decido, con su propio mecanismo mental, rechazar todo adiestramiento. No tuvo ninguna visión de aprender, pensó que era intolerable recibir tanto rigor. Por esta negativa de Baloo nos invitaron a que dejara la escuela.
Pero en casa, donde se le quiere tanto, decidimos que había que encontrar un mecanismo de aprendizaje de acuerdo a su temperamento y con mucho cariño y persistencia va aprendiendo poco a poco y a su ritmo las cosas necesarias, como pasear sin tirar de la correa, incluso en el campo, respetando a los conejos salvajes; a no perseguir a los cervatillos que viven en la ribera del Jarama, a dejarse poner el arnés después de un baño en el río: a aceptar al veterinario cuando le llevamos a vacunarlo etc.
No va ser un perro de circo, pero es un buen chico, sobre todo cariñoso y siempre está a nuestro lado, trayendo sus pequeños juguetes por si alguien juega con él. Baloo les saluda a todos los que lean su pequeña biografía.
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