Escribe : Anibal Arredondo
Hay acontecimientos históricos que tienen una fecha concreta, fácil de recordar y de conmemorar. Escribo para que cada uno obre como quiera, las cosas razonables tienen una claridad en todas las épocas decadentes y de progreso.
El hecho de que América, un continente logrará su independencia, a excepción de Cuba y Puerto Rico, en apenas tres lustros transcurridos entre 1810 -1825, demostró que estaba preparada para ello. Jamás hasta entonces, se había visto un fenómeno histórico semejante. La independencia hispanoamericana, se hizo en un momento oportuno, fue cuando la metrópoli se encontraba inmersa en defender su propio territorio invadido por los franceses, quiere decir que el poder español en América se había desmoronado como un castillo de naipes en apenas 15 años. España mantenía sus tropas en las colonias, contra un hipotético caso de rebelión en sus colonias. No fueron muchas, pero suficiente para sostener una guerra independista. Cuando en realidad, América tenía la suficiente capacidad de defenderse. La plantilla militar española fue muy pequeña y tardía.
En consecuencia la evolución social y económica de un continente, fue tomando conciencia lentamente, y que había comenzado sus balbuceos emancipadores, hasta conseguir una independencia fragmentada e incompleta, pues Cuba y Puerto Rico tardaron casi un siglo en romper sus lazos con España.
La llegada de los españoles a América a finales del siglo XV fue una revolución histórica sin precedentes. Pero la secuencia más evidente, durante el siglo XVIII, fue incubando lentamente el germen del nacionalismo, cuyos protagonistas fueron los criollos, en contra de los intereses económicos de los dominantes. Los criollos se sentían descendientes de españoles, y en algunos casos, de las élites indias locales.
Manuel Lucena Salmoral, plantea el asombroso proceso de la emancipación del continente, por la maduración de las sociedades coloniales, la quiebra del poderío, y el desprestigio de la Corona española.
Marina Alfonso Lona, dice que el siglo XVIII, los reformadores borbónicos (reyes) introdujeron medidas que modificaron el funcionamiento de la economía en las colonias, los que aceleraron sin advertirlo el proceso ideológico a los sentimientos independista americano, logrando su independencia, que fue un hecho insólito .Lo más importante fue lo primero, que llevó el establecimiento de nuevas rentas estancadas, la subida general de impuesto, y la creación de aduanas, con el que la Corona aumentó sus ingresos reales al doble, el que le trajo una contrapartida de protestas, motines y grandes levantamientos revolucionarios en todo América, entre los que destacaron los de TUPAC AMARU y sus seguidores en el Perú, participaron en ello los indios, extorsionados, los mestizos y mulatos afectados por la subida del costo de vida, los más afectados fueron los criollos, que eran los que tenían, y los que tuvieron que pagar su separación de la monarquía.
En vísperas de la independencia, las colonias estaban divididas en cuatro virreinatos y cuatro capitanías generales: 1-Virreinato de la nueva España 2-Capitanía general de GUatemala, 3-Capitanía general de Cuba, 4- Virreinato Granadino, 5-Virreynato de Rio de la Plata, 6-VIrreynato del Perú.
El Virreinato de Perú, cayó de picada, su producción de plata de las minas de Potosí, que antes pasaba por la vía Callao Lima, comenzó a salir por el puerto emergente de Buenos Aires. Su población era solo 1.070.67 habitantes, para 1972 con preponderancia indígena 57 por ciento. Perú afrontó grandes rebeliones a partir del levantamiento de TUPAC Amaru, sufrió grandes pérdidas territoriales, con la creación del Virreinato granadino y Río Plantese. El territorio peruano fue dividido en las intendencias de Tarma, Trujillo
Lima, Huamanga, Huancavelica, Cusco, Puno y Arequipa, comercialmente eran productores de trigo, vid, arroz, azúcar, tabaco, algodón, quina o cascarilla, así como ganado ovino, caprino, lana de alpaca y llama. Todo esto tras la destrucción de Portobello y la supresión del régimen de flotas que quedó varado.
La trata de negros en las colonias de la Corona, tras el tratado de UTRECHT, pasó a controlar la SOUTHSEA COMPANY, durante 50 años, esta compañía se encargaba de marcar con hierro a los esclavos. Aunque no ha faltado quien haya visto el comercio negro, desde su inicio hasta su fin en el siglo XVIII.
Posteriormente la sociedad colonial abolió la esclavitud, pero creo un sistema de castas que les identificaba prestigio racial con poder económico. Pero el clero aconsejaba a los indígenas que no maridaran con negros, pues estos solo acarreaban vicios.
En relación con mestizaje de los habitantes iberoamericanos hubo un simultáneo desarrollo de dos procesos sociales. Por una parte una lenta pero incesante criollización .Por otra el proceso inverso de indianización de los mestizos. Como consecuencia del mismo término "mestizo" evoluciona hacia una inexorable condición peyorativa que le acerca al elemento indígena y por ende ,a las posiciones socioeconómicas más débiles.
El origen del término “CRIOLLO”, no está muy claro, no se sabe en qué momento empezó a emplearse la palabra criollo, para denominar a los blancos naturales de las ¿indias?. El primer testimonio data de 1567, cuando Lope García de Castro, presidente de la Audiencia de Lima, y Gobernador de Perú, al referirse a los rebeldes empleo la palabra criollo. “ESTA TIERRA ESTÁ LLENA DE CRIOLLOS, QUE SON NACIDOS ACÁ, QUE NUNCA HAN CONOCIDO AL REY NI ESPERAN CONOCERLO”. Sentencia lapidaria que define admirablemente el término al tiempo que señala su connotación desdeñosa.
En 1820 parte por mar la expedición libertadora del Perú al mando de Simón Bolívar y por otra de José Francisco de San Martín y Matorras, que en 1821 que entra a Lima, donde tras la independencia el país recibe el título de Protectorado del Perú.
San Martin se desencanto progresivamente del rumbo de los acontecimientos, retirándose a Francia, donde se estableció definitivamente.
La batalla de Ayacucho, en 1824, y la toma del Callao y Chile, en 1826, culminó la independencia continental, restando solo, las Antillas y Filipinas como colonias de la monarquía.
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