Estampa Costumbrista.- Escribe: Aníbal Arredondo A.
Los pueblos andinos que ostentan milenaria data, son los que han concebido infinidad de manifestaciones culturales que constituyen el perfil de su cosmovisión, en el área donde se desarrollan, jurisdicción que pertenece a un determinado Ayllu donde erigen ofrendas, en ese caso a sus muertos consistente en macabros ritos dentro de la intimidad étnica de su comunidad.
Gran parte de mi vivencia en aquellos pisos andinos, me atreve a narrar, para que se enteren de la verdad que justifica estas realidades a inicio de un nuevo siglo en esta parte del Perú profundo.
Quizá sea de importancia para aquellos estudiosos de las ciencias sociales, antropológicas que mejor conocen la autentica realidad de los pueblos en todo los aspectos del pasado de un Perú oculto en medio de los siglos de esplendor y su presencia humana y cultural en estos tiempos.
Haquira distrito de la provincia Cotabambas pueblo enclavado en uno de los contrafuertes andinos de la Cordillera Occidental tiene trascendencia y singular connotación de nuestra heredad de los orígenes de nuestra cultura que algunos escépticos no valoran este patrimonio.
Escrutando el tiempo esta costumbre prevalece desde cuando moraban los primeros Markansayas, grupo étnico que sirvió de perfil a la conquista por el gran Imperio Inca, como aldea humilde, pero que con el correr del tiempo en siglos: Un dos de enero del año 1708, los peninsulares llegados de tierras occidentales fundan el distrito de Haquira, convirtiéndose en un emporio de riqueza por contener su subsuelo valiosos yacimientos mineros hasta los primeros años de la república, transplantando los rasgos y características de su arquitectura con un rostro telúrico y cristiano aprovechando el sillar o tufo volcánico, para plasmar sus templos y su famoso Q'aq'a cárcel.
A pesar de una miscegenación (mescla étnica) que se había iniciado durante la conquista la simbiosis culturales y religiosas no había podido borrar ni llegar hasta lo recóndito de sus altitudes donde el indigena Haquireño habitante del piso ecológico cordillerano; llamero por excelencia, hombres de Jalca recios de tez cobriza, poseídos de especial mística, dueños de singular templanza telúrica, producto de su concepción panteísta, con dominios en senderos diáfanos, abruptos en el paso de las montañas, sin mas visión que el perfil filudo de sus nevados reflejado en el agua esmeralda de sus lagunas. Allí nace, vive y muere sin comprender el destino que les toca vivir en esta fiesta cruel que es la vida; no teme a la muerte por que la considera abstracta, solo sabe que cuando llega ésta su alma (espíritu) debe ser despedido (Alma Despachay ) para que goce de otros confines de un incógnito lugar.
Salomón Limasca, indigena alpaquero, bajo de estatura, de expresión triste y melancólica como Capta Martín Chambi en sus fotografías, vestido impecablemente de pantalón negro y blanco, chaqueta a cuadros y camisa blanca, hilado y tejido por sus propias manos de finos velloncinos; sombrero de oveja, chullo a cuadros blanco y negro, con su ppakis huaraca a la bandolera (honda de hilo) llora la muerte de su hijo Gregorio cariñosamente llamado KIRGUCHA; joven osado que, bajo la influencia de los tragos se lanza al caudaloso ORQONTAKI crecido en época de carnavales; su caballo retinto, peludo sale airoso en una curba del callado río, pero, él es arrastrado leguas abajo e incrustado entre maderos viejos de un Kéuñal de donde es rescatado y sepultado en la cima de una apacheta (Alma Kása) sin mas testigos que sus padres, su viuda y cuatro niños que lloran su desgracia y algún otro vecino que asiste desde su lejano bohío.
El trago que anestesia sus espíritus, la coca que tatúa y enluta sus gruesos labios mezclada con la llipta (Ceniza de vegetal quemado) Salomón llora con mirada al cielo lleno de nubarrones que también deja caer algunas gotas. Kirgucha! No habrás pensado en tu mujer y tus hijos que llevabas siempre dibujados en las pupilas de tus ojos? El eco contesta como quien apacigua su dolor.
Dejado en fosa húmeda, envuelto en un chusi (frazada tosca de lana de alpaca) es aplastado piedra sobre piedra llamado Sayhua, (Montón de piedras) encomiendan a sus Apus Orqóntaki, Surimana, Huillcarana y a su pachamama, retirándose por lejanos desfiladeros arenosos junto con el sol que declina.
Los pueblos andinos que ostentan milenaria data, son los que han concebido infinidad de manifestaciones culturales que constituyen el perfil de su cosmovisión, en el área donde se desarrollan, jurisdicción que pertenece a un determinado Ayllu donde erigen ofrendas, en ese caso a sus muertos consistente en macabros ritos dentro de la intimidad étnica de su comunidad.
Gran parte de mi vivencia en aquellos pisos andinos, me atreve a narrar, para que se enteren de la verdad que justifica estas realidades a inicio de un nuevo siglo en esta parte del Perú profundo.
Quizá sea de importancia para aquellos estudiosos de las ciencias sociales, antropológicas que mejor conocen la autentica realidad de los pueblos en todo los aspectos del pasado de un Perú oculto en medio de los siglos de esplendor y su presencia humana y cultural en estos tiempos.
Haquira distrito de la provincia Cotabambas pueblo enclavado en uno de los contrafuertes andinos de la Cordillera Occidental tiene trascendencia y singular connotación de nuestra heredad de los orígenes de nuestra cultura que algunos escépticos no valoran este patrimonio.
Escrutando el tiempo esta costumbre prevalece desde cuando moraban los primeros Markansayas, grupo étnico que sirvió de perfil a la conquista por el gran Imperio Inca, como aldea humilde, pero que con el correr del tiempo en siglos: Un dos de enero del año 1708, los peninsulares llegados de tierras occidentales fundan el distrito de Haquira, convirtiéndose en un emporio de riqueza por contener su subsuelo valiosos yacimientos mineros hasta los primeros años de la república, transplantando los rasgos y características de su arquitectura con un rostro telúrico y cristiano aprovechando el sillar o tufo volcánico, para plasmar sus templos y su famoso Q'aq'a cárcel.
A pesar de una miscegenación (mescla étnica) que se había iniciado durante la conquista la simbiosis culturales y religiosas no había podido borrar ni llegar hasta lo recóndito de sus altitudes donde el indigena Haquireño habitante del piso ecológico cordillerano; llamero por excelencia, hombres de Jalca recios de tez cobriza, poseídos de especial mística, dueños de singular templanza telúrica, producto de su concepción panteísta, con dominios en senderos diáfanos, abruptos en el paso de las montañas, sin mas visión que el perfil filudo de sus nevados reflejado en el agua esmeralda de sus lagunas. Allí nace, vive y muere sin comprender el destino que les toca vivir en esta fiesta cruel que es la vida; no teme a la muerte por que la considera abstracta, solo sabe que cuando llega ésta su alma (espíritu) debe ser despedido (Alma Despachay ) para que goce de otros confines de un incógnito lugar.
Salomón Limasca, indigena alpaquero, bajo de estatura, de expresión triste y melancólica como Capta Martín Chambi en sus fotografías, vestido impecablemente de pantalón negro y blanco, chaqueta a cuadros y camisa blanca, hilado y tejido por sus propias manos de finos velloncinos; sombrero de oveja, chullo a cuadros blanco y negro, con su ppakis huaraca a la bandolera (honda de hilo) llora la muerte de su hijo Gregorio cariñosamente llamado KIRGUCHA; joven osado que, bajo la influencia de los tragos se lanza al caudaloso ORQONTAKI crecido en época de carnavales; su caballo retinto, peludo sale airoso en una curba del callado río, pero, él es arrastrado leguas abajo e incrustado entre maderos viejos de un Kéuñal de donde es rescatado y sepultado en la cima de una apacheta (Alma Kása) sin mas testigos que sus padres, su viuda y cuatro niños que lloran su desgracia y algún otro vecino que asiste desde su lejano bohío.
El trago que anestesia sus espíritus, la coca que tatúa y enluta sus gruesos labios mezclada con la llipta (Ceniza de vegetal quemado) Salomón llora con mirada al cielo lleno de nubarrones que también deja caer algunas gotas. Kirgucha! No habrás pensado en tu mujer y tus hijos que llevabas siempre dibujados en las pupilas de tus ojos? El eco contesta como quien apacigua su dolor.
Dejado en fosa húmeda, envuelto en un chusi (frazada tosca de lana de alpaca) es aplastado piedra sobre piedra llamado Sayhua, (Montón de piedras) encomiendan a sus Apus Orqóntaki, Surimana, Huillcarana y a su pachamama, retirándose por lejanos desfiladeros arenosos junto con el sol que declina.
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Han pasado días meses y quizá un año; su concepción panteísta corroe su preocupación y planifican el ALMA DESPACHANA; por que para Salomón la muerte en accidentes, la de un rayo o el caso de Kirgucha se convierte en un maleficio que rodea y causa mas muertes, fatalidad en lo viajes, discordias familiares y finalmente el exterminio de su ganado.
Han pasado días meses y quizá un año; su concepción panteísta corroe su preocupación y planifican el ALMA DESPACHANA; por que para Salomón la muerte en accidentes, la de un rayo o el caso de Kirgucha se convierte en un maleficio que rodea y causa mas muertes, fatalidad en lo viajes, discordias familiares y finalmente el exterminio de su ganado.
Razones que por la que fijan fecha para deshacerse de este maleficio convocando a cuantos quieran acompañarlos en este acto de despedida fúnebre. El actor principal será el Laikcá o brujo, alto misayoc de alta jerarquía, contratado con suficiente tiempo, previo trago y honorarios resarcidos generalmente con una carcasa de alpaca (Nakána).
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Llegado el día Víctor Condori , Laiká respetado en la comarca, cojo apoyado en un bastón, de gigantes dientes color bronce, unos cuantos mostachos crecidos en el bozo, de uñas largas y enlutadas, viaja largas horas en marcha lenta y cansada.
Llegado el día Víctor Condori , Laiká respetado en la comarca, cojo apoyado en un bastón, de gigantes dientes color bronce, unos cuantos mostachos crecidos en el bozo, de uñas largas y enlutadas, viaja largas horas en marcha lenta y cansada.
Sus anfitriones habían alistado el suficiente consabido trago, coca, sebos de vicuña, venado, zorro, puma, cóndor, etc. En los cuales debe ser cuidadosamente moldeada el muñeco que representará a Kirgucha, su ropa, sus fieles compañeros, el poncho y chalina, sus utensilios, su tostado y todo aquello que degustaba en vida. No podría faltarle su tropilla de llamos cargueros, ataviados de reatillos en las orejas, su esquela tintineante en el que cargarán su fiambre que servirá en el largo viaje que emprenderá, dirigidos por livianos pasos hacia un Dios desconocido viviente en los nevados del Coropuna (Nevado Arequipeño) de donde nunca mas podrá retornar.
Tendrán que prevenir ¿como pasara el Mappamayo? Torrentoso y resbaloso de grandes pedrones. ¿cómo pasará Alcco Llacta? (pueblo de perros) peor si éste en vida trataba mal a sus perros, que en la otra vida indudablemente ejercerán su venganza. Kirgucha llevará duro zurriago con puño de lloké algunos huesos para distraerlos. Pasando estos obstáculos el alma será salvado y purificado, luego olvidado por sus progenitores, parientes y amigos que quedan en este mundo.
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Son las doce de la noche, oscura y nublada confunde el cielo con la tierra, gotas de lluvia, ruido de cascadas que bajan de los deshielos. El Laikcá pide (Callachu) la mandíbula de llamo carguero añoso blanco guardado para estos fines en el se acomodan todo el cargamento incluido Kirgucha, atan con soga de llama cubierto en fina uncuña. La gente se impacienta, se arman diferentes comisiones entre ellos, de seguridad, de servicio de tragos coca, atizadores de fogata para el acto final.
Son las doce de la noche, oscura y nublada confunde el cielo con la tierra, gotas de lluvia, ruido de cascadas que bajan de los deshielos. El Laikcá pide (Callachu) la mandíbula de llamo carguero añoso blanco guardado para estos fines en el se acomodan todo el cargamento incluido Kirgucha, atan con soga de llama cubierto en fina uncuña. La gente se impacienta, se arman diferentes comisiones entre ellos, de seguridad, de servicio de tragos coca, atizadores de fogata para el acto final.
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El séquito se dirige al lugar ALMA CANANA (donde se queman los muertos) proveerán no ser perturbados por ningún humano, ni animales como el zorrino durante el viaje. Los perros aúllan y se escuchan gritos Huafuuuuhuafuuuu, puriy, (camina camina) vete Gregorio no volverás mas a pisar este mundo. Llegan a una apacheta y el brujo ebrio y fatigado pronuncia "caipin cruz", beben trago y cambian el bolo de coca en la boca, prosigue el macabro viaje siempre entre gritos y chasquidos de onda, hasta que llegan sin novedad; atizan la fogata con bosta de ganado, cuyas azulinas llamas avisan que Gregorio viajará sin novedad, tampoco habrá desgracias para los que queden.
Rayando el alva retorna la comitiva, entumecidos por el frío, la mala noche con garúas de lluvia que escarchan las toscas chalinas y el filo de sus sombreros. Chicha caliente beben, luego descansan hasta el medio día. Para este acontecimiento habrán sacrificado un llamo carnudo y gordo, de cuyas fibras preparan caldo con tronchas y chuño negro sin pizca de sal, menjunje que no debe de usarse en estos actos, llegado el medio día devoran el incipiente potaje, previa notificación y castigo si votan los huesos cascados que serán luego recogidos para enterrarlos, comilona que le denominan APOSTOL UYHUANA.
Como señal de haberse liberado del espíritu de Gregorio, los dolientes amarran a todos los asistentes el pie izquierdo con un hilo de color negro torcido todo a la izquierda que solo con el uso podrá apartarse de sus pies. Así termina esta costumbre que no ha perdido sus raíces o terminado sus posibilidades de vida que durante milenios perfilan su cosmovisión.
Rayando el alva retorna la comitiva, entumecidos por el frío, la mala noche con garúas de lluvia que escarchan las toscas chalinas y el filo de sus sombreros. Chicha caliente beben, luego descansan hasta el medio día. Para este acontecimiento habrán sacrificado un llamo carnudo y gordo, de cuyas fibras preparan caldo con tronchas y chuño negro sin pizca de sal, menjunje que no debe de usarse en estos actos, llegado el medio día devoran el incipiente potaje, previa notificación y castigo si votan los huesos cascados que serán luego recogidos para enterrarlos, comilona que le denominan APOSTOL UYHUANA.
Como señal de haberse liberado del espíritu de Gregorio, los dolientes amarran a todos los asistentes el pie izquierdo con un hilo de color negro torcido todo a la izquierda que solo con el uso podrá apartarse de sus pies. Así termina esta costumbre que no ha perdido sus raíces o terminado sus posibilidades de vida que durante milenios perfilan su cosmovisión.
1 comentario:
Que interesante relato. Gracias por compartir, tengo un tío muy querido que siempre decía caipin Cruz cuando brindabamos.
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