11/5/23

Chumbivilcas tierra de los Q'orilazos

Escribe : Anibal Arredondo

Para mi amigo Henry Ugarte Berrio, Director de la revistaChumbivilcas Presencia del Qorilazo.

Mis palabras expresan años de vida, y mis pensamientos confirman mis ideas.  En esta tierra originariamente vieja, y un mundo complicado está el Perú  y en este país está Chumbivilcas, provincia alto andina del Cusco, con una característica propia, grande y magnifica, e inclinación  sentimental propia de ella.

La mejor materia prima de Chumbivilcas, es la propia Chumbivilcas y los chumbivilcanos. Hablar de Chumbivilcas es mostrar semejanza con los Gauchos argentinos y uruguayos .Y para esto hay una razón: La Argentina  en la época de la Colonia poseía mucha riqueza ganadera. Los colonizadores radicados  en ese país, decidieron ampliar su misión hacia el sur del continente, y les apetecía el Perú. Para concretizar su proyecto requerían migrar caballos a Chumbivilcas provincia señalada por ellos por tener pastos altos y naturales aptos para cría de estos animales. ¿Quiénes portaron estos animales  a Chumbivilcas?; Fueron los Tucumanos argentinos, gauchos que vestían sombreros de alas grandes, chaquetas cortas y botas de cuero hasta cintura, y un curvo (puñal) enganchado a la correa del pantalón para facilitar su alimentación basada en la ingesta de mucha carne. El eslogan de los Tucumanos  era "Tucumano que no carga un puñal  en la cintura, no es Tucumano.".

En este proceso de transculturacion, el chumbivilcano adapta las botas de cuero y las llama KARAHUATANAS, apropiado para montar a caballo, también heredan el arte de enlazar toros bravos en tardes taurinas, domar potros salvajes, jugar gallos a navaja y son retóricos al hablar y escribir sus huayno .

Para el chumbivilcano, torear es alegría, placer, júbilo, satisfacción y gran entusiasmo. Ellos por su caracterización propia recuerdan en su mente algo ya pasado y relatan mediante el huayno, el charango, la guitarra  y el carnavalesco "pinkullo" instrumento de viento.

En el medio rural, el Qorilazo, en el ajetreo de su vida, en la Pampa y la puna gélida, al contemplar a sus tutelares, la cordillera del Huanso, Yavi Yavi, donde no existe mas imagines además que su caballo y el paso de las vicuñas, y no hay nada más que le distraiga, se obliga a volverse hacia sí mismo.

En las tradicionales corridas de toros, se escucha una música singular de las WUACAHUACRAS, cuyo sonido melancólico se estrella en los pajonales y roquedales  del ande.

El chumbivilcano luce su genuino poncho , torcelado y tejido por la mujercita que más quiere. El poncho rojo es la pared en el que aparece el preludio de la muerte en tardes taurinas. Las tradiciones  chumbivilcanas  son como las altas cumbres irrestibles que convierten al Qorilazo en el pilar fundamental de su pensamiento.

Las voces de las mujeres chumbivilcanas en sus canciones, es la literatura popular como lengua materna de esa tierra. Los grupos folclóricos de CHUMBIVILCAS. como el conjunto Velille, Pancho Gómez Negron, la estudiantina universitaria en Cusco, la voz pérdida de Florita, que perdura en el cielo, y muchimos por mencionar, son capaces de trasmitir, algo que los filósofos no puedan expresar.

El compositor Adriel Boza Vega, hizo preludio en su corta vida hablándole al caminito viejo, le cuenta que los años y los días pasan y su vida se acaba y por eso va a despedirse. Es filosofía es escuchar "Ponchito rojo lechucero como yo, estate listo para salir,  que esta noche estamos de jarana". Estos huaynos surcan el tiempo, rescatan el sonido de la tradición, conservan el alma del Qorilazo, las costumbres, y el fervor a las fiestas populares, la energía de los sentimientos por haber nacido en esa tierra.

El chumbivilcano posee  una existencia extraordinaria en el modo independiente de su vida. El Qorilazo puede tomar su caballo en cualquier momento, poder señalar al caballo a cualquier dirección y galopar tras el ganado, la experiencia  de cabalgar todo el día y muchas veces toda la noche, comer de lo que guarda el fiambre frío. Su vida es dura, es tradición, pero deja huella profunda en su vida.

El Qorilazo  al ginetear  un chúcaro se agarra de las crines del caballo, lo monta a pelo y permanece encima el máximo tiempo que le permita su valentía o su salud física y mental. Así pervive la tradición de ayer y hoy.

Me ha gustado escribir este somero artículo, por que yo también soy Nieto de una mujer santotomina, y no creo al leerlo haya egoísmo como una identidad metafórica.


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