Escribe: Anibal Arredondo
Hoy por hoy en el Internet hay tanto contenido disponible y cualquiera puede caer en las redes de una falsa información, por estos vendedores de humo, charlatanes que vulneran la historia de hechos que guarda un pueblo. Y esto me indigna, me irrita, o me conmueve pero no me deja indiferente, y me obliga a defenderlo al pueblo donde nací; aclarando sobre la base del inicio de la Santa Inquisición, el triunfo de esta, su cronología en España, los antecedentes para la construcción de esta típica y arrogante cárcel, tallada en las grietas de un peñón, como en los cuentos fantásticos.
El cronista indio Huamán Poma de Ayala en su
primitivo castellano dice:
"Justicia y castigo y presiones y carzeles
de los ingas y demás señores principales y consejo rreal rreino para el castigo
de los malos.
Primer carzel de los traidores ysacay
sonco auca llamado sancay (cárcel perpetua) carzel de uillas y pueblos se
llaman pinas (cautivo) herejes, brujos, eran colocados al margen de la ley, han
de ser condenados a muerte’
ANTECEDENTES
El año 1391 fue una fecha trágica en la historia de los judíos
españoles. En Sevilla un clérigo exaltado, Fernán Martínez lanzó una enfurecida
turba contra los judíos que radicaban en la ciudad, destruyeron los barrios,
luego la persecución y las matanzas. La consecuencia más notable de aquellos
sucesos fue la conversión masiva de los judíos quienes para salvar sus vidas y
haciendas, corrieron por miles a las pilas bautismales, abandonando el judaísmo
y convirtiéndose en cristianos. Desde ese momento creció en España una
situación muy particular.
Entre los cristianos vivían miles de conversos (neófitos), a los que
también llamaron ‘cristianos nuevos’ para diferenciar de los ‘cristianos
viejos’.
Los judíos en su nueva condición de cristianos fueron penetrando
en todos los ámbitos de la sociedad, mayoritaria y dominante; en la institución
eclesiástica, en las órdenes religiosas, como en el clero secular, en la
nobleza, en los gobiernos municipales, gremios, cofradías y hermandades.
Algunas profesiones prácticamente fueron monopolizadas por ellos como la
medicina, la administración, la gestión financiera y ciertas actividades
artesanales y mercantiles. Esto en el siglo XV provocó en los cristianos
españoles un profundo resentimiento, constatando que el bautizo de los judíos
no era sincero y que su nueva fé era fingida, en el fondo seguían viviendo como
judíos y por lo tanto eran herejes, el peor de los pecados, porque cometían
sacrilegios anti-cristianos o crímenes rituales.
El reinado de los Reyes Católicos comenzó en 1479 envuelto en
graves convulsiones sociales y políticas (Isabel y Fernando). Los soberanos
tenía la necesidad de encontrar una solución definitiva a esta fuente de
inestabilidad, se requería la creación de un tribunal absoluta y suprema para
intervenir en este espinoso asunto de fé; un tribunal que determine mediante un
procedimiento jurídico, para saber si los conversos ¿Eran o no cristianos
sinceros? Y se crea en el año 1478 el Santo Oficio de la Inquisición con la
finalidad de resolver esta situación.
Los primeros inquisidores percibieron la complejidad del problema,
por encontrar que entre los conversos había todo tipo de actitudes religiosas,
desde los más sinceros cristianos hasta los más recalcitrantes cripta-judíos.
En 1492 los reyes católicos deciden la prohibición total del
judaísmo en sus reinos; quiénes quisieran seguir viviendo en España deberían
hacerlo como cristianos.
De hecho, la mayoría de los judíos opto por el bautismo pero una
minoría decidió mantener su fé religiosa y abandonar el país. El mejor modo de
integrarse era casarse con cristianos viejos o emigrar a un lugar donde empezar
una nueva vida marchándose allende los mares. Los que hicieron el esfuerzo de
asimilarse a la mayoría cristiana era conseguir igualarse con ella en derechos
y opciones vitales, y lo consiguieron entrando en la iglesia o el gobierno
municipal. Algunos fueron beatificados, o más aún elevados a la santidad como
el beato Juan de Ávila o Santa Teresa de Jesús.
EL TRIUNFO DE LA INQUISICIÓN
Según Francisco Núñez Roble entre los años 1559 y 1562 en
Valladolid y Sevilla, se celebran varios autos de fé, entre el 26 de abril y el
28 de octubre son condenados 88 personas, de estos 18 a la hoguera. Durante el
reino de Carlos V y durante el coloniaje en Perú por los españoles un grupo de
estos se enquistaron en Haquira pese a que este lugar está confinado en los
Andes de la cordillera occidental pero que guarda en sus entrañas valiosos
minerales y fundan esta ciudad el 2 de enero 1708 imponiendo su cultura,
especialmente su religión creando también un sistema carcelario con participación
directa del santo oficio de la inquisición y construyendo la cárcel aludida con
celdas pequeña, húmeda, pestilentes donde se cometieron grande autos de fé
contra los herejes, brujos y bailarines que ostentaban tijeras. Generalmente
nativos pastores acomodados de las cordilleras denunciados secretamente ante
los jesuitas quienes al ser apresados a estos indefensos campesinos los
torturaban durante el interrogatorio y acabar sus vidas en esta mazmorra.
Hace meses atrás en la ciudad de
Madrid encontré un artículo de Doris Moreno Mantener investigadora de la
universidad de Barcelona, cuyo texto para mí fue de gran interés porque se
relaciona con el pasado histórico de Haquira en Perú y que en la actualidad
evidencia aquel pasado sangriento en su época la Cárcel de Haquira tallada en
las entrañas de una roca volcánica donde la población indígena acusada de
herejía, blasfemia y brujería eran metidos en esas mazmorras, cuyas vidas se
extinguían en poco tiempo por falta de oxígeno y la humedad que calaba sus
débiles cuerpos maltratados antes del encierro.
En 1945 Francisco de Enzinas, un
burgalés que vivió como protestante describía en los siguientes términos los
métodos que empleaba la inquisición.
“No vayan a pensar que en los
inquisidores haya algo de humano fuera de su aspecto” en realidad son arpías o
criados de Satanás que como furias saquean en todo los ámbitos de España,
Portugal, Italia y las Colonias, hispanas en América y Asia.
No tienen interés en otra cosa sino
en despojar de sus bienes a la gente pudiente económicamente; cuando quieren
coger a alguien en quien ponen el ojo se inventan supuestos delitos de
blasfemia y herejía o de hacer sombra a su prestigio, culpas inventada
horriblemente para que el inocente se vea cargado de la mayor infamia. Todo queda en secreto, oculto queda el acusador, oculto los testigos, todo se lleva a cabo ocultamente sin que el acusado sepa el motivo de su prisión.
En la cárcel de Haquira donde todo
es piedra hasta su mobiliario tallado en piedra, cuya mesa fría del inquisidor
había un crucifico con cabeza sostenida por un alambre que le daba movilidad.
Cuando el tirano le preguntaba a Cristo sobre la sentencia que iba a merecer el
reo; el Nazareno generalmente aprobaba la pena en contra del ajusticiado;
momento que el Inquisidor proclamaba “Cristo lo quiere así”. Desde luego serás
colgado por esta cuerda desde el segundo piso de la roca, cayendo directamente
a la puerta del calabozo Santa Barbara y confinado a la última celda de
la mazmorra donde acaba su vida.
Según señala Enzinas, el secreto,
la tortura, la codicia, las cárceles y la hoguera definían la justicia
inquisitorial y su procedimiento penal justificaba el miedo, terror que
inspiraba entre la población.
En Haquira estos hijos de Satanás tenían sus
comisionados o espías ocultos que recorrían todo el ámbito jurisdiccional
especialmente las cordilleras donde vivían alpaqueros ricos a quienes se les
acusaba de brujos y herejes, cuyos nombres debelan en secreto ante los
verdugos.
Al acusarlos de herejes y brujos a estos indígenas andinos tipificaban el
delito de pecado y su procedimiento del santo oficio no era distinto al de las
otras instancias judiciales del antiguo régimen. Sin embargo tenía una
peculiaridad que, todo supuesto delito era considerado atentatorio contra Dios y contra el orden social establecido. Esta identificación se mantuvo hasta el
siglo VXIII.
El tribunal del santo oficio
nació en 1478 para perseguir a los judíos convertidos recientemente al
cristianismo de quienes sospechaban seguir practicando en secreto su antigua
religión.
En 1517 Martin Lutero hace su
revuelta contra Roma motivando la aparición de los protestantes el que da lugar
a dos autos de Fe en Valladolid y Sevilla.
A partir de 1520 la inquisición
comenzó a preocuparse de otros grupos, los moriscos convertidos también en
cristianos.
Después del concilio de Trento en
1564 la inquisición amplía su campo de acción para supervisar los conocimientos
religiosos sobre todo las prácticas de los religiosos, cristianos entonces
perseguían a los blasfemos, brujas, homosexuales, curas que trataban de seducir
a las mujeres en el acto de la confesión y libros que supuestamente
atentatorios contra la ortodoxia católica.
La santa inquisición fue abolida
en 1834; la historia dice que el santo oficio proceso a unas doscientas mil
personas llegando a ser tan atroz mediante dos fases:
INQUISITIVA: Una delación que llegaba al tribunal el
inquisidor ponía en marcha su investigación a fin de saber los indicios
sospechosos de un presunto delito. Si se reunían las pruebas suficientes se
procedía con la encarcelación del sospechoso y la presentación de cargos por
parte del fiscal del tribunal.
Se realizaban tres audiencias, en
la primera el sospechoso, era interrogado, luego el fiscal acusaba formalmente
al reo.
Al sospechoso se le proporcionaba
un abogado defensor de oficio, de quien no se podía esperar mucho, pues este se
limitaba a recomendar al reo que descargara su conciencia mediante la
confesión, luego presentaba un informe de defensa estereotipado apelando a la
buena conducta anterior del sospechosos.
El mecanismo inquisitorial en
Haquira en casos de brujería era por medio de la delación por parte de los
vecinos y conocidos; aquí el sospechoso tenía
una leve oportunidad de defenderse intuyendo quienes podrían ser sus acusadores
alegando enemistad que siempre existía entre ellos por litigio de tierras,
agua, pastos, etc. Si esto resultaba el reo vivía momentos de pánico terror, de
ansiedad absoluta provocando por la impotencia ante la maquinaria inquisitorial.
Si se consideraba que todavía
había indicios de que el acusado guardaba información entonces se le sometía a
la tortura en la garrocha, la toca, o tormento del agua y el potro de madera
inhumana para los inquisidores era necesaria la sentencia pública porque solo
de esa manera se lograba que el castigo fuera ejemplar.
Las penas económicas incluían la
confiscación de sus bienes así como diversas multas, que podían ser muy
gravosas o cantidades fuera del alcance del sentenciado, lo que provocaba
dificultades económicas finalmente una runa familiar.
Existían castigos corporales de
100 azotes en público, destierro, prisión perpetua. El castigo más cruel era la
condena a muerte, pero si el reo huía se quemaba un muñeco en su lugar. Los
inquisidores hablaban de un adelanto que sería el juicio final y que el pueblo
viese un aviso de terror en el infierno, más que los beneficios del cielo. (lease post: Extirpación de idolatrías-Proceso contra Pascual Haro, por delito de idolatrias y hechiseria).
Otra vejación creada por estos
arpías era que el reo debía vestir un traje penitencial llamado “San Benito” en
color amarillos con una cruz diagonal pintada. Los condenados a muerte llevaban
pintados demonio entre llamas y eran colgados en la iglesia de San Pedro de
Haquira, para que los vecinos guardaran perpetua memoria de los Herejes y
Brujos.
No se libraban ni los
descendientes de estos sacrificados porque se les negaba a acceder a toda
función pública, a mejorar económicamente, a tener armas ni montar a caballo.
Una de estas víctimas dejo un
escrito recomendando a DIOS “que quite de la tierra el horrible monstruo de un
tribunal que deshonra a la humanidad”
Haquira tierra prometida par los
iberos por sus riqueza minera sede de la caja real y otros privilegios tuvo la
mala suerte de ser siempre manchada con sangre inocente, hasta hace poco por
los sanguinarios terroristas de Sendero Luminoso. Que asombran su historia por
eso siempre pronuncio nuestra historia está escrito entre sus piedras en sus
montañas calladas eternamente, y el Q’aqa Cárcel o Cárcel en Piedra, atalaya del pueblo
que si hablara delataría las atrocidades vividas en aquel pasado.
Los peruanos hemos sufrido a lo largo de la historia víctima de la
Europa cristiana, hemos sido humillados por la potencia colonialista, hemos
sufrido opresión y explotación durante generaciones y generaciones, escarnio,
ostracismo, matanza y genocidios sin precedente en la historia del mundo y esta
cárcel es la demostración que clérigos aventureros eran indiferente, que
adolecían de antipatía o carentes de simpatía al calor humano con lo que la
punición o castigo, obtenían riqueza. En la actualidad esta cárcel muestra su
tormentoso pasado, es atalaya del pueblo, desafiando al tiempo y reclamando a
sus generaciones como un alma pensante que alguien reivindique su pasado, y no se vulnere esta historia con inventos
o presunciones pueriles.
Según el Doctor Paces Varela esta cárcel funciono hasta el 12 de
enero de 1905 de la república pero que en los años 1922 y 1924 se produce el
levantamiento de los indígenas contra
los ‘mistis’ de Haquira y ‘mistis’ de Quiñota, Chumbivilcas, Cusco. Terminando
esta rebelión ante los tribunales de la corte superior de justicia de Cusco y
quejas ante el Patronato de raza Indígena da paso al cierre definitivo de la
famosa cárcel (Q’aqa Cárcel).
Se calcula que a mediados del siglo XVII en Haquira se arraiga la hacienda, los
primeros hacendados fueron los Jesuitas, corregidores, caciques en base a las
donaciones, reparticiones y composiciones de tierra y habitantes que tenían
lugar periódicamente tanto como para efectos de tributas y mitas.
Archivo CSJC.- 1913
Archivo CSJC.- 1913
No hay comentarios.:
Publicar un comentario