Escribe: Anibal Arredondo
Casos concretos de la acción humana:
En
España el descubrimiento de América (12 de octubre) se festeja con ostentación
heráldica de gloria a Cristóbal Colón, sin duda se describe al almirante como
una figura carismática, pero también controvertida dentro de la historia de la
humanidad.
En
la ciudad de Barcelona con mayor afán por que fue el puerto que lo recibió a
Colón cuando éste regresaba de su primer viaje que sucede por casualidad, Casuísticamente
un latino que había analizado este caso, con ejemplos concretos y no por una
torpeza de entendimiento, a una pregunta de una periodista catalana, contestó
que el dolor, la invasión, la lesa humanidad no se festeja. Este acto irritó a
la interlocutora tratándonos de ignorantes a los ibero americanos.
Yo
no sé qué quiso decir la periodista, que los latinos somos faltos de
instrucción, educación, o manifestamos ignorancia o poca inteligencia, o
simplemente desconocemos una materia como este caso casual del descubrimiento
de América. Es cierto que hay mucha gente a quienes no les gusta repasar hechos
tan importantes del pasado, arguyendo “que eran otras épocas”, lo pasado ya
fue, estos casos ocurrieron en otras partes del planeta, etc.
¿Entonces
para qué está la historia y los historiadores? Es cierto que las generaciones
de hombres nacen y se extinguen, pero la historia no envejece.
La
historiadora CONSUELO VARELA BUENO dice que hace cinco siglos murió el hombre
que puso ante Europa un nuevo mundo, falleció tras enfrentarse a huracanes,
nativos y motines, y al vacío que en la Corte se había a su alrededor.
En
17 de noviembre de 1504 arriba Colón a San Lucar de Barrameda enfermo y
desilusionado del que había sido su cuarto y último viaje al Nuevo Mundo. Todo
le había salido mal. El viaje proyectado con la intención de encontrar el
estrecho que le condujera a la India había fracasado tras un dramático periplo
por las costas de lo que hoy son Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá.
Había
abandonado la búsqueda del istmo centro americano, cuando lo tenía mas cerca,
había perdido los cuatro barcos con los que había zarpado de Cádiz el nueve de
mayo 1502 y buena parte de sus hombres había participado en un motín que solo a
duras penas pudo sofocar su hermano Bartolomé, quien lo había acompañado en
esta ocasión.
Volvía
además solo. Del aproximadamente de centenar y medio de hombres que formaban la
expedición, 35 habían fallecido en las refriegas que tuvieron con los nativos;
otros no quisieron regresar con él a Castilla y prefirieron quedarse en la
Española, a la espera de un nuevo barco que los devolviera a la península. No
era de extrañar después de sufrir terribles huracanes y feroces encuentros con
los indígenas que se encontraban a cada paso, padecieron hambre atroz y un
miedo considerable durante el año largo que como náufragos permanecieron en la
isla de Jamaica. Cuando por fin un barco los rescató para llevarlos a Santo
Domingo capital de la Española, la mayoría optó por abandonarle hasta que él
que había sido su almirante. Colón regresó de este cuarto viaje destrozado
física y anímicamente por haber sufrido aguda enfermedad oftálmica y la gota
que le producían dolores terribles.
EL PEOR VIAJE: Esta había sido sin lugar a dudas la más dramática
y novelesca de todos sus navegaciones y la más plagada de lances truculentos,
varios de ellos acaecidos durante su estancia forzada en Jamaica.
Habían
llegado a esta isla tras un año de recorrer las costas de América central,
entre huracanes que constantemente les desviaban de su ruta y les hacían andar
y desandar el camino y después de que el almirante abandonase la búsqueda del
estrecho y fracasara en la fundación de SANTA MARIA DE BELEN, en territorio del
actual Panamá. Allí quedaron en Jamaica, con dos barcos inservibles para navegar
por que la broma “un molusco del área del Caribe, había corroído su madera.” Recordemos,
a propósito de las dificultades, el extraordinario viaje en canoa que
realizaron Diego Méndez y Bartolomé de Fiesco desde esta isla hasta la
española, en busca de ayuda. O las dos ocasiones en las que el almirante estuvo
a punto de ser linchado.
Cuenta
Fray Bartolomé de las Casas una escena verdaderamente estremecedora el arrojo
de don Cristóbal, cuando el dos de febrero de 1504 se amotinó Francisco de
Porras, el almirante que estaba en la cama, se levantó para hacer frente a los
revelados, cayendo y levantando, pero 3 o 4 personas de bien, criados suyos
arremetieron y se abrazaron de él, porque la gente desvariada no lo matase y metieronlo
a fuerza a la cama.
En
parecidas circunstancias tuvo que plantarse frente a un puñado de nativos, que
con idénticos fines se presentaron otro día ante su puerta. Ni corto ni
perezoso les anunció que se seguir con el propósito de quitarle la vida, su
dios los castigaría auscultando esa noche la luna. La mofa de los nativos se
trocó en espanto cuando al poco tiempo dio comienzo a un eclipse lunar, del que
Colón tenía noticias por los almanaques astronómicos que llevaba consigo. Los
nativos desde ese momento se calmaron los ánimos.
Colón
no solo había tenido casi a su alcance la gloria de llegar al Pacífico. Al
principio de su exploración se topó con una canoa de mejor factura de las que
hasta entonces había visto, cargada de ricas mercancías, entre ellas almendras,
cacao, que los europeos veían por primera vez.
Sus
tripulantes que venían del norte explicaron, en alusión a México. El almirante
sin embargo, lo entendió mal, supuso que venían de Cuba. De haber seguido la
ruta de los mercaderes hubiera llegado a la costa mexicana, que los españoles
no habían pisado nada parecía haberle salido bien.
Colón
llega a España más destrozados en su salud por que el tiempo que permaneció en
Jamaica lo pasó tendido en cama, apenas podía ver y el reumatismo gota era más
doloroso e insoportable.
Tan
mal se encontraba que no fue capaz de redactar su diario menos mal contaba con
la ayuda de su hijo Hernando a quien, día a día, fue dictando- las incidencias
de su periplo.
FALZAS ESPERANZAS- De San Lucar el almirante fue a Cadiz, y de allí a
Sevilla. Las noticias de la Corte no eran buenas, doña Isabel se moría. A Colón
en los ambientes marineros y cortesanos todos le hacían burla. Pero lo que más
le dolía era la situación de sus hijos a quienes cuando acompañaban el cortejo
real como pajes que eran, algunos les gritaban que su padre, era el “almirante
de los mosquitos” a la vez que lanzaban vivas diciendo paga, paga en alusión a
los salarios a un no devengados a los tripulantes de los viajes organizados por
su padre.
La
muerte de la reina, fallecida en 26 de noviembre de 1504, fue un duro golpe.
Colón se quedaba sin su principal ayuda y tenía muchos problemas urgentes que
resolver.
Por
un lado la tripulación de su último viaje no habría cobrado sus sueldos y le
apremiaba para que intercediese en la Casa de la Concentración. Pero sobre
todo, le inquietaba la situación en que iban a quedar sus hijos cuando él
desapareciera. Desde Sevilla, el primer día diciembre escribió a Diego su
primogénito diciendo que sus altezas le habían escrito que cumplirían con él y
le dejaban en la posesión de todo, y mas adelante le recordaba que había que
trabar en hacer la gobernación de las indias.
FALLECIMIENTO DE COLON: El fallecimiento de Colón pasó completamente
inadvertido, sus coetáneos, nada dicen de los documentos de la casa donde
murió. El 19 de mayo Colón entraba en agonía, sus allegados llamaron al notario
Pedro de Hinogedo para que antes de morir, ratificara su testamento. Junto a
sus criados, dos vecinos de Valladolid estuvieron presentes en el acto. Colón entonces ratificó su testamento en
agosto de 1505, la escritura de mayorazgo que hiciera en 1502 a favor de su
primogénito Diego.
Nombró
heredero de todos sus vienes y oficios de juro y heredad a su hijo mayor Diego
y estableció la línea masculina para la futuras sucesiones: Si Diego no tuviera
hijos varones le sucedería su hermano Hernando, si éste tampoco tuviese
sucesión masculina, le seguirían los hermanos del almirante Bartolomé y, a este
su hermano Diego y así sucesivamente, asegurándose de que herede mujer, salvo
si no fallase de no fuera hombre.
Con
un complicado sistema, estableció las bases para que todos los miembros de su
familia se sintieran protegidos tras su muerte. De la renta que heredase su
hijo Diego debería hacer diez partes, una de ellas para ser repartido entre los
parientes más necesitados y obras pies. De dos de las nueve restantes habría de
hacer 35 partes. De éstas su hijo Hernando habría que recibir 27, y Bartolomé y
Diego, los hermanos del almirante, cinco y tres cada uno, además su hijo Diego
tenía que dar a su hermano Hernando un millón y medio de maraveíes a sus tíos
Bartolomé y Diego 150,000 y 100,00. Pidió también a Diego que tuviera en cuenta
a su compañera cordobesa y madre de su hijo Hernando, Beatríz Enriquez de
Arana, para que pudiere vivir honestamente, y, por último, no olvidó reseñar
las pequeñas deudas a unos cuantos compañeros de antaño:
El
20 de mayo y tras pedir que le pusieran como sudario el hábito de San
Francisco, moría don Cristóbal Colón en Valladolid. A su lado estuvieron su
hijo Hernando, su cuñado Francisco Bardi y alguno de sus fieles criados. Tenía
cincuenticinco años.
Su
fallecimiento pasó completamente inadvertido, nada dicen los documentos a cerca
de la casa donde murió, que posiblemente fue una humilde posada.
En
la hora decisiva, Colón consciente de la magnitud de su empresa, dejó de nuevo
constancia de su gesta a los reyes, dice en su testamento YO LES SERVI CON LAS
INDIAS, DIGO SERVI QUE PARECE QUE YO QUE POR VOLUNTAD DE DIOS NUESTROS SEÑOR,
SE LAS DI COMO COSA QUE ERA MÍA; PUEDO LE DECIR PORQUE IMPORTUNE A SUS ALTEZAS
POR ELLAS, LAS CUALES ERAN INNOTAS Y ESCONDIDO EL CAMINO.
COLON TRAFICANTE DE
ESCLAVOS:
A
la vuelta de su primer viaje, Colón escribió a sus soberanos a propósito de los
indígenas, que había encontrado en la Española presentándoles como gente “de
tan buenos corazones y francos” para dar. Son gente de amor y sin codicia,
ellos aman a sus prójimos como así mismo y tienen un habla mas dulce del mundo,
y mansos, y siempre con risa. Pero el idilio terminó enseguida. En su segundo
viaje al ver que la guarnición de 39 españoles que dejó en la isla había sido
aniquilada, Colón emprendió una campaña de castigo contra las tribus del
interior.
Los
nativos capturados durante esa campaña fueron salvajemente esclavizados,
aplicando el derecho “DE CONQUISTA” y vigente en Europa en esa época. Pero al
almirante no se detuvo ahí, si no trató de generalizar la esclavitud con una
pura finalidad económica. Un testigo en el proceso denunciaba que Colón y sus
hermanos trasladaron a cientos de nativos de un extremo a otro de la isla con
un mendrugo por todo alimento y como los nativos al no soportar el hambre se
perdían o morían de cansados, perdían sus tierras se calcula que Colón embarcó
unos dos mil esclavos a España para venderlos.
Así
terminó la vida de este aventurero ambicioso al dinero. Cuando el fraile que le
acompañaba en sus expediciones quería bautizarlos a los nativos hallados Colón
se oponía, porque según él, si estos recibieron el sacramento del bautismo no podría
esclavizarlos ni someterlos a trabajos forzados como hacía con los llamados
erejes.
Madrid,
Octubre 2018.
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