14/10/18

Cristóbal Colón, su cuarto y último viaje al nuevo mundo, Colon traficante de esclavos, su diario y su muerte



Escribe: Anibal Arredondo

Casos concretos de la acción humana:
En España el descubrimiento de América (12 de octubre) se festeja con ostentación heráldica de gloria a Cristóbal Colón, sin duda se describe al almirante como una figura carismática, pero también controvertida dentro de la historia de la humanidad.

En la ciudad de Barcelona con mayor afán por que fue el puerto que lo recibió a Colón cuando éste regresaba de su primer viaje que sucede por casualidad, Casuísticamente un latino que había analizado este caso, con ejemplos concretos y no por una torpeza de entendimiento, a una pregunta de una periodista catalana, contestó que el dolor, la invasión, la lesa humanidad no se festeja. Este acto irritó a la interlocutora tratándonos de ignorantes a los ibero americanos.

Yo no sé qué quiso decir la periodista, que los latinos somos faltos de instrucción, educación, o manifestamos ignorancia o poca inteligencia, o simplemente desconocemos una materia como este caso casual del descubrimiento de América. Es cierto que hay mucha gente a quienes no les gusta repasar hechos tan importantes del pasado, arguyendo “que eran otras épocas”, lo pasado ya fue, estos casos ocurrieron en otras partes del planeta, etc.

¿Entonces para qué está la historia y los historiadores? Es cierto que las generaciones de hombres nacen y se extinguen, pero la historia no envejece.

La historiadora CONSUELO VARELA BUENO dice que hace cinco siglos murió el hombre que puso ante Europa un nuevo mundo, falleció tras enfrentarse a huracanes, nativos y motines, y al vacío que en la Corte se había a su alrededor.

En 17 de noviembre de 1504 arriba Colón a San Lucar de Barrameda enfermo y desilusionado del que había sido su cuarto y último viaje al Nuevo Mundo. Todo le había salido mal. El viaje proyectado con la intención de encontrar el estrecho que le condujera a la India había fracasado tras un dramático periplo por las costas de lo que hoy son Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá.

Había abandonado la búsqueda del istmo centro americano, cuando lo tenía mas cerca, había perdido los cuatro barcos con los que había zarpado de Cádiz el nueve de mayo 1502 y buena parte de sus hombres había participado en un motín que solo a duras penas pudo sofocar su hermano Bartolomé, quien lo había acompañado en esta ocasión.

Volvía además solo. Del aproximadamente de centenar y medio de hombres que formaban la expedición, 35 habían fallecido en las refriegas que tuvieron con los nativos; otros no quisieron regresar con él a Castilla y prefirieron quedarse en la Española, a la espera de un nuevo barco que los devolviera a la península. No era de extrañar después de sufrir terribles huracanes y feroces encuentros con los indígenas que se encontraban a cada paso, padecieron hambre atroz y un miedo considerable durante el año largo que como náufragos permanecieron en la isla de Jamaica. Cuando por fin un barco los rescató para llevarlos a Santo Domingo capital de la Española, la mayoría optó por abandonarle hasta que él que había sido su almirante. Colón regresó de este cuarto viaje destrozado física y anímicamente por haber sufrido aguda enfermedad oftálmica y la gota que le producían dolores terribles.

EL PEOR VIAJE: Esta había sido sin lugar a dudas la más dramática y novelesca de todos sus navegaciones y la más plagada de lances truculentos, varios de ellos acaecidos durante su estancia forzada en Jamaica.

Habían llegado a esta isla tras un año de recorrer las costas de América central, entre huracanes que constantemente les desviaban de su ruta y les hacían andar y desandar el camino y después de que el almirante abandonase la búsqueda del estrecho y fracasara en la fundación de SANTA MARIA DE BELEN, en territorio del actual Panamá. Allí quedaron en Jamaica, con dos barcos inservibles para navegar por que la broma “un molusco del área del Caribe, había corroído su madera.” Recordemos, a propósito de las dificultades, el extraordinario viaje en canoa que realizaron Diego Méndez y Bartolomé de Fiesco desde esta isla hasta la española, en busca de ayuda. O las dos ocasiones en las que el almirante estuvo a punto de ser linchado.

Cuenta Fray Bartolomé de las Casas una escena verdaderamente estremecedora el arrojo de don Cristóbal, cuando el dos de febrero de 1504 se amotinó Francisco de Porras, el almirante que estaba en la cama, se levantó para hacer frente a los revelados, cayendo y levantando, pero 3 o 4 personas de bien, criados suyos arremetieron y se abrazaron de él, porque la gente desvariada no lo matase y metieronlo a fuerza a la cama.

En parecidas circunstancias tuvo que plantarse frente a un puñado de nativos, que con idénticos fines se presentaron otro día ante su puerta. Ni corto ni perezoso les anunció que se seguir con el propósito de quitarle la vida, su dios los castigaría auscultando esa noche la luna. La mofa de los nativos se trocó en espanto cuando al poco tiempo dio comienzo a un eclipse lunar, del que Colón tenía noticias por los almanaques astronómicos que llevaba consigo. Los nativos desde ese momento se calmaron los ánimos.

Colón no solo había tenido casi a su alcance la gloria de llegar al Pacífico. Al principio de su exploración se topó con una canoa de mejor factura de las que hasta entonces había visto, cargada de ricas mercancías, entre ellas almendras, cacao, que los europeos veían por primera vez.

Sus tripulantes que venían del norte explicaron, en alusión a México. El almirante sin embargo, lo entendió mal, supuso que venían de Cuba. De haber seguido la ruta de los mercaderes hubiera llegado a la costa mexicana, que los españoles no habían pisado nada parecía haberle salido bien.

Colón llega a España más destrozados en su salud por que el tiempo que permaneció en Jamaica lo pasó tendido en cama, apenas podía ver y el reumatismo gota era más doloroso e insoportable.
Tan mal se encontraba que no fue capaz de redactar su diario menos mal contaba con la ayuda de su hijo Hernando a quien, día a día, fue dictando- las incidencias de su periplo.

FALZAS ESPERANZAS- De San Lucar el almirante fue a Cadiz, y de allí a Sevilla. Las noticias de la Corte no eran buenas, doña Isabel se moría. A Colón en los ambientes marineros y cortesanos todos le hacían burla. Pero lo que más le dolía era la situación de sus hijos a quienes cuando acompañaban el cortejo real como pajes que eran, algunos les gritaban que su padre, era el “almirante de los mosquitos” a la vez que lanzaban vivas diciendo paga, paga en alusión a los salarios a un no devengados a los tripulantes de los viajes organizados por su padre.

La muerte de la reina, fallecida en 26 de noviembre de 1504, fue un duro golpe. Colón se quedaba sin su principal ayuda y tenía muchos problemas urgentes que resolver.

Por un lado la tripulación de su último viaje no habría cobrado sus sueldos y le apremiaba para que intercediese en la Casa de la Concentración. Pero sobre todo, le inquietaba la situación en que iban a quedar sus hijos cuando él desapareciera. Desde Sevilla, el primer día diciembre escribió a Diego su primogénito diciendo que sus altezas le habían escrito que cumplirían con él y le dejaban en la posesión de todo, y mas adelante le recordaba que había que trabar en hacer la gobernación de las indias.

FALLECIMIENTO DE COLON: El fallecimiento de Colón pasó completamente inadvertido, sus coetáneos, nada dicen de los documentos de la casa donde murió. El 19 de mayo Colón entraba en agonía, sus allegados llamaron al notario Pedro de Hinogedo para que antes de morir, ratificara su testamento. Junto a sus criados, dos vecinos de Valladolid estuvieron presentes en el acto.  Colón entonces ratificó su testamento en agosto de 1505, la escritura de mayorazgo que hiciera en 1502 a favor de su primogénito Diego.

Nombró heredero de todos sus vienes y oficios de juro y heredad a su hijo mayor Diego y estableció la línea masculina para la futuras sucesiones: Si Diego no tuviera hijos varones le sucedería su hermano Hernando, si éste tampoco tuviese sucesión masculina, le seguirían los hermanos del almirante Bartolomé y, a este su hermano Diego y así sucesivamente, asegurándose de que herede mujer, salvo si no fallase de no fuera hombre.  

Con un complicado sistema, estableció las bases para que todos los miembros de su familia se sintieran protegidos tras su muerte. De la renta que heredase su hijo Diego debería hacer diez partes, una de ellas para ser repartido entre los parientes más necesitados y obras pies. De dos de las nueve restantes habría de hacer 35 partes. De éstas su hijo Hernando habría que recibir 27, y Bartolomé y Diego, los hermanos del almirante, cinco y tres cada uno, además su hijo Diego tenía que dar a su hermano Hernando un millón y medio de maraveíes a sus tíos Bartolomé y Diego 150,000 y 100,00. Pidió también a Diego que tuviera en cuenta a su compañera cordobesa y madre de su hijo Hernando, Beatríz Enriquez de Arana, para que pudiere vivir honestamente, y, por último, no olvidó reseñar las pequeñas deudas a unos cuantos compañeros de antaño:

El 20 de mayo y tras pedir que le pusieran como sudario el hábito de San Francisco, moría don Cristóbal Colón en Valladolid. A su lado estuvieron su hijo Hernando, su cuñado Francisco Bardi y alguno de sus fieles criados. Tenía cincuenticinco años.

Su fallecimiento pasó completamente inadvertido, nada dicen los documentos a cerca de la casa donde murió, que posiblemente fue una humilde posada.

En la hora decisiva, Colón consciente de la magnitud de su empresa, dejó de nuevo constancia de su gesta a los reyes, dice en su testamento YO LES SERVI CON LAS INDIAS, DIGO SERVI QUE PARECE QUE YO QUE POR VOLUNTAD DE DIOS NUESTROS SEÑOR, SE LAS DI COMO COSA QUE ERA MÍA; PUEDO LE DECIR PORQUE IMPORTUNE A SUS ALTEZAS POR ELLAS, LAS CUALES ERAN INNOTAS Y ESCONDIDO EL CAMINO.

COLON TRAFICANTE DE ESCLAVOS:
A la vuelta de su primer viaje, Colón escribió a sus soberanos a propósito de los indígenas, que había encontrado en la Española presentándoles como gente “de tan buenos corazones y francos” para dar. Son gente de amor y sin codicia, ellos aman a sus prójimos como así mismo y tienen un habla mas dulce del mundo, y mansos, y siempre con risa. Pero el idilio terminó enseguida. En su segundo viaje al ver que la guarnición de 39 españoles que dejó en la isla había sido aniquilada, Colón emprendió una campaña de castigo contra las tribus del interior.

Los nativos capturados durante esa campaña fueron salvajemente esclavizados, aplicando el derecho “DE CONQUISTA” y vigente en Europa en esa época. Pero al almirante no se detuvo ahí, si no trató de generalizar la esclavitud con una pura finalidad económica. Un testigo en el proceso denunciaba que Colón y sus hermanos trasladaron a cientos de nativos de un extremo a otro de la isla con un mendrugo por todo alimento y como los nativos al no soportar el hambre se perdían o morían de cansados, perdían sus tierras se calcula que Colón embarcó unos dos mil esclavos a España para venderlos.

Así terminó la vida de este aventurero ambicioso al dinero. Cuando el fraile que le acompañaba en sus expediciones quería bautizarlos a los nativos hallados Colón se oponía, porque según él, si estos recibieron el sacramento del bautismo no podría esclavizarlos ni someterlos a trabajos forzados como hacía con los llamados erejes.

Madrid, Octubre 2018.

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